El dolor del tenista también afectó a su esposa, Mery Perelló, quien no pudo contener las lágrimas
Rafael Nadal, vigente campeón del Australian Open, se despidió con una derrota y una lesión del primer Grand Slam del año.
Abonado a las gestas épicas, como la remontada de hace un año para llevarse el trofeo, el español de 36 años sucumbió esta vez al empuje del estadounidense Mackenzie McDonald (6-4, 6-4, 7-5), número 65 del mundo, y a una nueva lesión, la tercera consecutiva en un Grand Slam.
"No puedo decir que no estoy destrozado mentalmente en este momento, porque estaría mintiendo", dijo después en una conferencia de prensa donde se le vio abatido y con la voz a punto de quebrar.
Perseguido constantemente por lesiones, Nadal aseguró que quiere "seguir jugando a tenis" y que no quiere "dar un paso atrás". Pero "el vaso se va llenando y llega un momento que el agua puede salir por fuera", agregó.
Hacía siete años, precisamente desde que perdió en primera ronda de Melbourne contra su compatriota Fernando Verdasco en 2016, que el ganador de 22 Grand Slams no se despedía tan temprano de uno de los cuatro grandes torneos.
El dolor del Rafa también afectó a su esposa, Mery Perelló, quien no pudo contener las lágrimas y fue consolada por la hermana del tenista.