“Juan Pablo Varillas ya pasó lo más difícil”, me responde el extenista Pablo Arraya desde Florida (Estados Unidos). El recordado ‘Tigre’ –llegó a ser top 30 del mundo– no solo se refiere a la histórica victoria de Juanpi ante Lorenzo Musetti, ayer por las semifinales del ATP 250 de Buenos Aires. Para Arraya, lo que está haciendo Varillas es cruzar esa difícil transición entre un jugador que rema para no ahogarse en los top 100 hasta aquel que se consolida en la elite. Varillas está a un paso del top 80 del ránking ATP. No es poca cosa.
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Emociona lo de Varillas porque deja la caliente sensación de que aún seguirá sorprendiendo con más resultados de primer nivel. Lo que hizo ante Musetti fue un auténtico golpazo sobre la mesa del ATP 250, en la capital argentina. Juan Pablo no solo venció por dos sets (6-4, 6-4), sino que además exhibió autoridad y talento. Ganó bien, sin atenuantes. Sin lagunas, mucho menos nervios. Potencia persistente y precisión incansable. Varillas jugó con la seguridad de haber escalado al cuadro protagónico del tenis internacional.
“Está mostrando un tenis explosivo, pero ordenado y con un físico infernal”, concluye un emocionado Arraya. Con este triunfazo, nuestra primera raqueta nacional pegará el salto al puesto 81 del ránking ATP. Además, aseguró su presencia en el ATP 500 de Río de Janeiro (comienza este fin de semana) y se acerca muchísimo al cuadro principal de Roland Garros.
Cuarto fantástico
Hay poco tiempo para festejar como se debe, Varillas tendrá que buscar su pase a la final del ATP 250 esta tarde (2:00 p.m.) ante el británico Cameron Norrie, número 12 del mundo, quien el año pasado disputó las semifinales de Wimbledon ante un tal Novak Djokovic.
Desde la prensa deportiva peruana lo que sí podemos hacer es cuadrar números. Juanpi, de momento, ya aseguró su lugar histórico como el cuarto compatriota mejor rankeado en el ATP. Varillas, por ahora puesto 81, superó al recordado gran doblista Carlos Di Laura, quien llegó al lugar 92 del ranking singles ATP.
Además, como si todo esto fuera poco, el peruano logró su virtual clasificación al cuadro principal del Gran Slam Roland Garros –ya lo disputó el año pasado con un dignísimo partido ante Felix Auger-Aliassime– y, por la modalidad de Special Exempt (SE), Juan Pablo podrá disputar este ATP 500 de Río de Janeiro.
En el tenis, el SE es una modalidad de ingreso a cuadros principales de torneos top para aquellos tenistas que iban a disputar la qualy –etapa de preclasificación para tenistas que no acumularon el ranking necesario–, pero que por disputar instancias finales de otro torneo (de similar rango) no podrán llegar a tiempo a la competición. Eso es lo que ha pasado (felizmente) con Varillas.
En menos de un mes, Varillas le ofreció resistencia al alemán Alexander Zverev (ex número 2 ATP), tuvo revancha con el austríaco Dominic Thiem (ex número 3 ATP) y dejó fuera de carrera a Lorenzo Musetti, de 20 años, quien a diferencia de los dos anteriores sí está en el momento pico de su carrera. Y un detalle que no es menor: Juan Pablo está avanzando en Buenos Aires sin perder ningún set. ¿No es momento de aceptar que su ascenso en el ATP solo será cuestión de tiempo?
“Eso es lo que más me ha costado, es lo que más he flaqueado: la cabeza. Siempre me ha costado un poco más créermela. Eso lo estoy trabajando mucho”, respondió Varillas hace un par de días al canal Buenos Aires Tennis.
“Lo veremos también en Wimbledon y US Open”, sentencia Arraya como si estuviera ejecutando un smash en alguna Copa Davis de los años ochenta. La capital argentina, su segundo hogar, hoy es el escenario de sus mejores victorias. “Es un ambiente muy profesional, tienes muchos jugadores con quién entrenar. Eso me sumó muchísimo, tener esa variedad de juego y de jugadores”, explica Juanpi.
No hay dudas, Varillas vive hoy en medio de buenos aires.