CRÓNICA: La importancia de Varillas: el Día 1 del Perú - Noruega
La jornada se inició con el duelo de dobles. Juan Pablo Varillas y Arklon Huertas del Pino se enfrentaron a la dupla noruega de Viktor Durasovic y Herman Hoeyeraal. Lo que empezó con una dura batalla rápidamente se convirtió en una victoria. El primer set olía un poco a derrota, cuando el equipo europeo llevaba una ventaja de 3-0. Pero el tenis es un deporte de mente y, con determinación y consistencia, el equipo peruano supo recuperarse y remontar: cerró con un 6-4 ese parcial inicial. La segunda mitad vino con firmeza y un dúo noruego más errático: un quiebre a favor de Perú en el primer game trajo la confianza que se necesitaba para despegar el score y finalizar el partido con el set 6-2. ¿Las claves? La potencia en los saques –principalmente el de Arklon–, la precisión de las bolas largas y el juego de net.
Con el triunfo de nuestra dupla nacional, la ilusión comenzó a crecer. Ya estábamos a un solo partido de nuestro pase a la etapa de clasificatorias. Y el encargado de emocionarnos, nuevamente, fue Juanpi. El quiebre llegó pronto para él (en el 2-1) y, con ello, el líder peruano marcó lo que, como dicen por ahí, sería una “barrida de piso”. Su rival, ya un tanto cansado por el partido anterior de dobles, no supo encontrar las herramientas para atacar a Juanpi y, este último, mucho más agresivo y preciso incluso que en su partido del día anterior, pudo llegar a todas las pelotas, lo vimos conquistar como si fuera suyo el polvo de ladrillo y, en un set casi perfecto, dominó 6-1 el primer parcial.
El siguiente vino sin problemas y sin tregua alguna del peruano, quien, en sus propias palabras, “dio su mejor tenis”. Durasovic, acaso asustado por el resultado anterior, optó por más cambios de velocidades pero, nuevamente, el pronto quiebre para Varillas alimentó lo que ya venía cocinándose: un juego con más aceleración, potencia y precisión. El punto de partido selló, al igual que en el primer set, un 6-1 rotundo contra el equipo noruego, y con ello, nuestro tan esperado pase a los Qualifiers para el 2024.
Entre coros, banderolazos y el sonido del tambor, el Lawn Tennis se levantó de golpe y con una sinfonía de aplausos y gritos de agradecimiento, despedimos a cinco chicos y su capitán que dejaron el cuerpo y el alma en la cancha, que gritaron con nosotros “¡Que viva el Perú!”, que nos devolvieron la ilusión tenística que parecía seguir dormida. Juan Pablo, Arklon, Gonzalo, Ignacio, Conner... ¡Gracias por tanto! ¡A seguir soñando, muchachos!