Aunque las matemáticas favorecen a Max Verstappen, la tendencia actual es menos alentadora. Con diez carreras restantes, el neerlandés lidera por 78 puntos sobre Lando Norris, pero aún quedan 284 puntos en juego. A diferencia de 2023, cuando Red Bull dominaba sin oposición, este año McLaren se ha consolidado como la principal potencia, Mercedes está en modo ataque, y Checo Pérez ha dejado de ser un respaldo confiable. Verstappen sabe que el futuro inmediato es incierto: no ha ganado en las últimas cuatro carreras y no ha subido al podio en las últimas tres. Lo que antes era un problema de ciertos circuitos, ahora se ha convertido en una debilidad generalizada del monoplaza. “Al principio, realmente podía decir que esta situación era específica de algunos circuitos, pero creo que ya está claro: no importa dónde corramos, estamos sufriendo en todas partes. Debemos mejorar el rendimiento del auto para defendernos y volver a marcar el ritmo”, afirmó Max durante esta pausa.
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En su escudería saben que la gloria depende solamente de él. Es Verstappen y compañía. Así Pierre Waché, Director Técnico de Red Bull Racing, no ha escatimado elogios: “Max es como Roger Federer, como Michael Jordan. Estas personas son capaces de hacer cosas que nadie más puede hacer”. Sin embargo, la realidad es que Red Bull no ha podido mantener su nivel ante la evolución de sus competidores. Con Adrian Newey a meses de concluir su contrato y centrado en el desarrollo del vehículo de 2025, el equipo parece más enfocado en el próximo campeonato que en el actual. La posible salida de Newey, junto con un grupo de 20 ingenieros de su confianza, podría representar un duro golpe para Red Bull, especialmente si decide unirse a Ferrari o Aston Martin para desarrollar el monoplaza de 2026, en un contexto de cambios reglamentarios significativos.
McLaren, consciente de la debilidad actual de Red Bull, ha decidido atacar con todo. Con el mejor monoplaza de la parrilla, el equipo ha dejado claro que permitirá que sus dos pilotos compitan en igualdad de condiciones. Con solo 32 puntos de diferencia entre Norris y Piastri, Zak Brown, CEO de McLaren, admite que podrían ajustar las estrategias a medida que las fechas pasen. “Si el campeonato avanza y un piloto tiene más opciones que el otro, entonces empezaremos a considerar cambios estratégicos. Por el momento este es el plan”, comenta Brown. Así McLaren apuesta por maximizar la competencia interna para acumular puntos importantes y conquistar el título de constructores. Con solo 42 puntos de diferencia con Red Bull y 485 puntos aún por disputarse, el cambio en la cima del campeonato de marcas podría concretarse antes de octubre, especialmente considerando el bajo rendimiento de Pérez en comparación con temporadas anteriores.
En Ferrari, el enfoque está más en el futuro que en el presente. Los tifosi parecen más emocionados por lo que Hamilton logra con Mercedes que por los resultados actuales de sus pilotos. Con Sainz rumbo a Williams, el equipo ya piensa en lo que pueden lograr con la dupla Hamilton-Leclerc. El director del equipo, Fred Vasseur, parece estar más concentrado en 2025 que en las próximas diez carreras. Incluso Leclerc se muestra optimista: “El próximo año aprenderé de uno de los mejores pilotos de la historia de la Fórmula 1. Me intriga la comparación con Lewis en el mismo coche. No me gusta estar detrás, y creo que eso aplica para casi todos los pilotos. Odiaba estar detrás de Sebastian Vettel cuando éramos compañeros”, comenta Leclerc, consciente de que la llegada del multicampeón británico elevará su nivel.
Ocho pilotos han ganado en las catorce carreras disputadas esta temporada, lo que promete una definición de campeonato tan emocionante como impredecible. Con un McLaren en ascenso, un Mercedes revitalizado y un Red Bull que depende del talento de Verstappen, todo está por decidirse en un campeonato que ha recuperado su capacidad de sorprender. Con salidas ya definidas y rivalidades bien establecidas, la clave estará en cuánto estén dispuestos los equipos a sacrificar del campeonato 2025 para asegurar los títulos que Red Bull tiene en peligro.