Una semana de muchas emociones y buen tenis llegó a su fin. El Challenger 75 de Lima – segundo torneo de este circuito que se realiza anualmente en la capital peruana– terminó el domingo pasado con un partido que tuvo a todo el público al borde de sus asientos y cerró con la contundente victoria de Vit Kopriva (República Checa) sobre Elmer Moller (Dinamarca) en singles. Además, la dupla polaca conformada por Karol Drzewiecki y Piotr Matuszewski levantó el trofeo en la modalidad de dobles tras ganar a los brasileros Gustavo Heide y Luís Britto.
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El evento tenístico más importante del Perú, organizado por Igma Sports y Direct TV, recibió a más de treinta competidores de todas partes del mundo que nos deleitaron con el mejor nivel mientras se disputaban los 75 puntos ATP. Por ocho días, bajo el sol del verano que se asoma y la brisa del invierno que aún no se quiere ir, el polvo de ladrillo en el Jockey Club se prendió en fuego y brindó una serie de espectáculos para todos los fans del tenis.
El tenis sudamericano dijo presente
Importantes representantes del tenis en la región latinoamericana pisaron suelo limeño para este torneo. Entre los más sonados, nombres como Federico Coria (n.100 ATP), Francisco Comesaña (n.101 ATP), Camilo Ugo Carabelli (n.107 ATP), Daniel Galán (n.125 ATP) y Juan Manuel Cerúndolo (n.140 ATP) encabezaron el cuadro principal.
Las raquetas peruanas no se hicieron extrañar. Juan Pablo Varillas, Ignacio Buse, Gonzalo Bueno y los hermanos Conner y Arklon Huertas del Pino hicieron sus respectivas apariciones. Y aunque en singles la suerte no estuvo de nuestro lado y todos se despidieron en primera ronda, en dobles los Huertas del Pino se aseguraron un pase a semifinales.
Peruanos en ascenso
Más allá de los resultados de nuestros compatriotas, este torneo dejó bien claro un par de asuntos: talento, hay. Esfuerzo, aún más.
Los partidos de Ignacio Buse (n.221 ATP) y Gonzalo Bueno (n.235 ATP) fueron un claro ejemplo del extraordinario trabajo que ambos jóvenes están haciendo con sus respectivos equipos desde hace ya un tiempo y que el nivel del equipo peruano todavía tiene mucho por exponer. Ignacio, desde Barcelona, y Gonzalo de la mano con Patricio Reynoso. Buse, con un partido que se le escapó por muy poco contra el argentino Juan Manuel Cerúndolo, confirmó que es cuestión de tiempo para que llegue el ansiado título Challenger; su juego, además de sólido y agresivo, tuvo una impecable técnica y una clara estrategia para entender a su rival, detalles que venían ya escritos desde su triunfo en la Copa Davis ante Nicolás Jarry este año.
Por su lado, Bueno empezó el cierre de una excelente temporada –tras lograr dos títulos Challenger en Buenos Aires y Concepción– callando varias bocas y demostró que está a la altura de cualquier contrincante, pudiendo llevarse un set contra quien terminaría siendo campeón absoluto, Vit Kopriva (n.128 ATP).
¿El balance general? Nada que reprocharles. “Nachito” y “Gonza” tienen el presente y futuro del tenis peruano en sus manos y de aquí solo es cuesta arriba.
Y si hay algo que nunca falta en la escena deportiva peruana, es la hinchada. Las butacas del estadio central reventaban de pasión y aliento con cada punto que nuestros jugadores ganaban. El tenis local –en el Perú y en Sudamérica– tiene mucho que ofrecer, está en nosotros lograr que siga creciendo.