“Me voy a poner mal si el Pity termina explotando en otro lado”. La frase que Marcelo Gallardo le dijo a Clarín sobre Gonzalo Martínez confirma la fe ciega que tiene sobre el entrenador en el zurdo que lleva el número 10, una camiseta gloriosa. Y anoche, el ex Huracán retribuyó la confianza que el Muñeco le brinda a diario, bancándolo ante las constantes críticas de una gran parte de los hinchas de River. Es que por fin el Pity tuvo una actuación de esas que se esperan para un jugador de sus características. Fue la gran figura del partido y condujo al conjunto de Núñez a una magnífica victoria sobre Lanús por 3 a 1. Además, convirtió el segundo gol. Se animó a patear un tiro libre que terminó en la red -con la ayuda de un desvío en la barrera- para el delirio de los casi once mil hinchas mi llonarios que coparon La Fortaleza. Fue el mejor partido de Martínez desde que llegó a River, a principios de 2015.
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“Fue un gran partido del Pity y me pone muy contento su actuación. Se acomodó muy bien en la zona derecha. Lo necesitábamos ahí para contrarrestar lo que hacía Lanús por ese sector. Le viene bien el gol para que tome confianza. Además, tuvo otras chances en las que mereció hacer otro golcito para sumar más confianza aún”, lo llenó de elogios Gallardo a la gran figura del partido.
Lo más llamativo fue que su mejor encuentro se dio jugando en un lugar poco natural para Martínez, recostado sobre la derecha. Desde allí trató de ser punzante y le quedó bien el perfil para enganchar y acomodar su fina zurda. No sólo enganchó y pateó al arco: metió un bombazo en el ángulo izquierdo de Andrada. También desbordó. Una por adentro, otra por afuera, una por adentro, otra por afuera y así sucesivamente. A Maxi Velázquez lo volvió loco por ese sector a tal punto que Jorge Almirón lo sacó en el segundo tiempo porque ya estaba amonestado por pegarle una patada al Pity, justamente. El capitán granate caminaba por la cornisa de la expulsión...
De todos modos, hasta el gol de Lanús, el Pity estuvo más ocupado en tapar la subida de Vélazquez que en jugar. Casi no participó en la primera media hora. Pero luego del gol de Lanús, hubo un quiebre El Pity dejó de tener responsabilidades tácticas defensivas y se dedicó a jugar. Y lo hizo de maravillas. A puro desborde y gambetas consiguió varias faltas cerca del área de Lanús. De hecho, con una diagaonal suya, en alta velocidad, generó la infracción (falta de Román Martínez) que derivó en su gol y en el segundo de River para dar vuelta el encuentro. Y sobre el final le dio un pase con mucha lucidez (esa lucidez que ha mostrado a cuentagotas en los dos años que lleva en River) a Lucas Alario. El Pipa le marcó la diagonal, Pity se disfrazó de enganche, levantó la vista y se tomó un segundo para pensar y entender la jugada que le marcó el delantero. El pase fue preciso y Alario le sirvió el gol a Carlos Auzqui para cerrar el 3-1.