Varios aficionados de Jaguares dejaron sus lugares en las tribunas del Estadio Víctor Manuel Reyna e ingresaron al terreno de juego en los últimos minutos del partido entre Chiapas y Santos, aparentemente para agredir al árbitro.
De acuerdo a los primeros informes, los seguidores iban a atacar a César Arturo Ramos Palazuelos por su labor en el partido, que finalizó en un empate 2-2.
A esto se le sumaron peleas en las gradas, donde los elementos de seguridad tuvieron que contener los conatos de bronca, resultando herido uno de esos policías, quien tuvo que ser retirado en camilla.
Varios aficionados comenzaron a aventar botellas al campo, hasta que la situación pudo ser controlada para continuar el juego y eventualmente finalizarlo.