Hinchas del AEK de Atenas y el Paok de Salónica libraron una batalla campal antes del partido de la final de la Copa de fútbol griega que se disputa hoy en la ciudad de Volos (centro), y cuyo comienzo tuvo que ser aplazado una hora.
Según los medios locales, hasta el momento se han registrado más de una decena de heridos, varios de los cuales tuvieron que ser trasladados al hospital, pese a lo cual el partido no ha sido suspendido.
Los enfrentamientos comenzaron en la pasarela que conduce hacia el estadio, lugar donde no había presencia policial en ese momento.
Posteriormente, los choques continuaron ya dentro del estadio, con hooligans de ambos equipos lanzando asientos y todo tipo de objetos a los hinchas contrarios.
Las fuerzas antidisturbios lanzaron bombas lacrimógenas y aturdidoras y necesitaron más de media hora para calmar algo la situación.
Incluso los jugadores entraron en el campo en un intento de reducir la tensión.
El partido estuvo en duda hasta este viernes, debido a que la organización de la final no cumplía los requisitos necesarios, pues ni los asientos ni las entradas estaba numerados.
El ministro de Deportes había recomendado que se aplazara el partido, pero finalmente y tras horas de negociaciones entre la federación y los clubes, se decidió mantener la cita.
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