La novela acabó y los Cargadores dejaron San Diego y ya son de Los Ángeles, pero ese cambio que tanto ruido hizo por mucho tiempo, no va a levantar al equipo dentro del emparrillado. En el papel son un equipo competitivo, con nombres capaces de darle más de los cinco triunfos que lograron la temporada anterior, pero a nivel grupal no tienen el mismo punch que escuadras como Oakland y Kansas City, por lo que será el cuarto año sin playoffs. Si les sirve de consuelo, no serán el sotanero otra vez.
El principal problema que tuvieron la temporada anterior es que las lesiones les atacaron temprano y les dio en puntos que los debilitaron, por lo que sufrieron para hacer algo al ataque.
Quizá las mejores épocas de Philip Rivers ya pasaron, y es que con 36 años las probabilidades de ser un mariscal de campo top cada vez son más bajas, pero es un QB arriba del promedio y su brazo todavía tiene para sumar buenos números. Con su brazo llegarán más de cuatro mil yardas y más sabiendo que Keenan Allen estará de vuelta sano (luego de que se lesionó en la Semana 1), aunque no hay que perder de vista que solo ha visto acción en nueve juegos en dos años.
Para darle a Rivers un objetivo más, eligieron en la primera ronda del Draft a Mike Williams, un receptor de Clemson con un estilo de jugar similar al de Andre Johnson. Este par de receptores pueden armar una fi esta aérea.
Pero aunque Rivers va a explotar a sus dos receptores, el nuevo entrenador en jefe, Anthony Lynn, hará su debut trayendo consigo un perfil de ser amante del ataque terrestre, ese que busca mover el balón por tierra para controlar el juego, dejando en la banca descansando a su defensiva, que cuando regrese llegará con la misión de castigar al ataque contrario. Para que el plan funcione necesitan que su línea ofensiva deje su nivel promedio para convertirse de competente a buena, y así podrán correr la bola y lanzar con calma.
La temporada anterior promediaron 26 puntos por duelo, un número alto y competitivo, pero permitieron 26.4 tantos, un mal balance.
A pesar de todo, se hablará de la defensiva de los Cargadores. Joey Bosa será una de las estrellas de la Liga en su segunda temporada en la NFL y estará acompañado por un buen cuerpo de linebackers, con Melvin Ingram como líder, y para limitar el ataque aéreo rival tienen una buena secundaria con gente como Casey Hayward. Eso les da un interesante balance para enfrentar un calendario con sus tres rivales divisionales (juegos con un sabor diferente) y duelos contra Dallas, Filadelfi a y Nueva Inglaterra, donde aunque no aparecerán como favoritos, tienen posibilidades de dar alguna sorpresa. Aun así, el estado de salud será clave para que puedan llegar a las 7 u 8 victorias que les ayudarán a dejar el sótano del Oeste que han ocupado en las dos últimas temporadas.
Como se sabe, jugarán ahora en Los Ángeles, por lo que no contarán con un verdadero factor de ventaja de localía, algo que puede estar en su contra a la hora de enfrentar un choque apretado o que se vaya a definir en el último cuarto.
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