22/12/2024

Yoga y ciática

Sábado 14 de Octubre del 2017

Yoga y ciática

Uno de los síntomas del estrés son los dolores musculares que se manifiestan en diferentes partes del cuerpo dependiendo de su origen emocional.  

Uno de los síntomas del estrés son los dolores musculares que se manifiestan en diferentes partes del cuerpo dependiendo de su origen emocional.  

De entrada habría que entender por qué es que los músculos se tensan cuando sufrimos de estrés y la respuesta se remite a nuestro pasado remoto donde había que luchar o huir para sobrevivir los peligros externos. La llamada respuesta de lucha o huida, nos prepara física y mentalmente haciendo que los músculos se contraigan y estén preparados para reaccionar ante cualquier eventualidad.

El tema es que cuando permanecemos sometidos a grandes cantidades de estrés por largos periodos de tiempo, nuestro organismo se confunde, no distingue entre el estrés de una entrega “para ayer” en el trabajo o el temor de estar frente a un animal salvaje.

Resulta, como explica sintomas-de-ansiedad.com, que las señales que envía el cerebro son las mismas en un caso que en el otro y son indicadores que le informan a nuestro cuerpo que tenemos una situación demandante frente a nosotros y que los recursos con que contamos para hacerle frente son insuficientes.

Al recibir estas señales, el cuerpo se prepara con su “kit” de emergencia, disparando hormonas y una serie de reacciones que nos hacen más hábiles para correr o para pelear:

 “De este modo las pupilas se dilatan, el corazón se acelera, las respiraciones de acortan y los músculos se tensan. La diferencia es, que al no haber una amenaza real, el cuerpo encuentra más dificultad para relajarse nuevamente. Estar estresados continuamente, mantiene al organismo al límite y hace que esta contracción muscular se mantenga por más tiempo del que debería causando, con el tiempo, dolor, molestias y ciertos problemas de movilidad. Muchas veces, estos otros síntomas colaterales no hacen más que sumarse a la ansiedad previa”.

 

EL TEMIDO DOLOR DE CIÁTICA 

Todos hemos escuchado hablar del dolor de ciática, sea porque lo hayamos experimentado en carne propia o porque alguien cercano lo padece. Este dolor es una molestia intensa debido a la inflamación o irritación del llamado nervio ciático.

El nervio ciático es el más largo del cuerpo humano; comienza en la columna vertebral , y corre hacia abajo a través de los músculos de los muslos, hasta llegar a las pantorrillas. Al ser tan extenso, todos tenemos un 40% de posibilidades de experimentar algún dolor en ellos durante nuestra vida. Esta afección ataca en consecuencia, de manera muy intensa, la parte inferior de la espalda, pasando por los glúteos y la parte posterior de la pierna y puede desencadenarse por haber permanecido mucho tiempo en la misma posición por ejemplo al dormir, por algún enfriamiento o por mala postura en general, que pueden provenir de patologías vertebrales más serias.

Pero regresando al origen emocional de la dolencias físicas, Lise Bourbeau autora del libro “Obedece a tu cuerpo”, establece que la persona que sufre de neuralgia en el nervio ciático, se siente insegura ante su porvenir o vive un miedo inconsciente a carecer de dinero y de bienes materiales:

“Este problema se sitúa sobre todo en el nivel del “tener”. Para empezar, debes darte cuenta de que estás apegado a los bienes materiales. El día que tengas la confianza suficiente en tu capacidad de crear lo que necesites, no tendrás miedo de perder tus bienes y podrás permitirte continuar queriéndolos, pero sin estar apegado a ellos. Un dolor en el nervio ciático indica también rencor, agresividad reprimida y un rechazo a someterse a una idea o a una persona, siempre en el terreno material, por lo que hay que aprender alrededor del Perdón para ser más flexibles con respecto a las ideas y formas de ser de los demás”.

 

YOGA PARA EL DOLOR DEL NERVIO CIÁTICO

1. Supta Padangusthasana o Postura acostada el dedo gordo del pie. Se abre la nalga aliviando el dolor de espalda. Al estirar las piernas, especialmente los músculos terneros, promueve la circulación en toda la zona por debajo del torso.

 2. Ardha Matsyendrasana o Postura de la Torsión Espinal. Flexionando la espalda baja y caderas, este ejercicio relaja estas áreas, libera la tensión y el dolor en la espalda, y favorece la circulación.

 3. Parsvakonasana o Postura del Ángulo lateral extendido o es una asana que, además de estirar los dos lados del cuerpo, nos ayuda a trabajar los músculos de las piernas y la pelvis.

 4. Adho Mukha Svanasana o Postura del Perro mirando abajo está enfocada en el trabajo de los músculos isquiotibiales, el dorso, los glúteos y los sinérgicos y estabilizadores. Su práctica aumenta la fuerza en todo el cuerpo, sobre todo en los brazos, las piernas y los pies.

 

(Con información de mejorconsalud.com y yogaesmas.com)

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