El terminar el año celebrando es una de las más grandes experiencias que un pelotero puede tener, pero hacerlo y haber sido nombrado el Jugador Más Valioso, lleva la cosas a otro nivel. George Springer cumplió ese sueño único para él, para el equipo y para la ciudad de Houston.
"Es increíble, es indescriptible. Cuando llegas al Spring Training sabes lo que tienes, ves lo que tienes y tienes ese pensamiento de 'podemos hacerlo', pero son 162 juegos y los playoffs, y muchas cosas tienen que pasar para que todo se acomode para que puedas llegar hasta acá", comentó el MVP de la Serie Mundial.
Springer jugó como primero en el orden al bat de los Astros y terminó el Clásico de Otoño con cinco jonrones, bateó para .379, con ocho carreras anotadas y siete producidas.
El jardinero, que además tuvo varias acciones defensivas clave, explicó que el éxito individual estuvo apoyado en un trabajo en equipo que fueron desarrollando a lo largo de la larga temporada.
"En nuestro equipo todos creímos en todos. Lo hicimos en los tiempos buenos y malos, en la racha negativa en agosto, cuando estuvimos abajo 3-2 contra los Yanquis", explicó. "Son muchas cosas las que tienen que pasar y soy muy feliz de darle a la cuidad y al equipo un título que se merecían. Esto es un sentimiento surreal".
Para haber alzado el título, los Astros tuvieron que pasar por una Serie Mundial que se extendió a siete juegos y que se definió en el estadio del rival. El desenlace no fue tan cerrado como se esperaba, ya que el encuentro para ganar el título terminó 5-1 y se definió desde temprano.
"Fue como una pelea de perros. Fue una serie muy dura, con muchas emociones, sicológicamente resultó agotadora pero la diferencia entre nosotros fue haber anotado temprano. Nos pusimos adelante y no dejamos que nos atacaran. Con eso tomamos el control y no lo soltamos".