El quarterback Carson Palmer anunció el martes su retiro, tras 15 campañas en la NFL, mediante una carta abierta difundida por los Cardinals de Arizona.
Alguna vez, el entrenador Bruce Arians dijo que él y Palmer cabalgarían hacia la puesta del sol, como un par de vaqueros en el desierto. Cumplió su promesa, pues el anuncio de Palmer llegó un día después de que Arians puso fin a su carrera como estratega.
“Durante años, he tenido compañeros que decidieron retirarse, y yo les preguntaba cómo sabían que había llegado el momento”, señaló Palmer en el comienzo de la carta. “la respuesta era casi siempre la misma. ‘¿Sabes?, para mí ha llegado la hora. ¿Por qué? Simplemente lo sé, es así de simple”.
Palmer, quien cumplió 38 años la semana anterior, se perdió los últimos nueve partidos de su temporada de despedida, por una fractura en el brazo izquierdo.
El mariscal de campo consideró que su larga carrera profesional es “la experiencia más increíble” de su vida.
Durante las últimas cinco campañas, Palmer y Arians estuvieron juntos. Y ese periodo incluyó algunos de los mejores días en la trayectoria del quarterback.
Con una estatura de 1,95 metros (seis pies con cinco pulgadas) y un brazo notablemente poderoso, Palmer conquistó el Trofeo Heisman con la Universidad del Sur de California. En 2002, Cincinnati lo reclutó en la primera selección del draft.
Lanzó para 46 mil 247 yardas, la duodécima mayor cifra en la historia de la NFL, y jugó para los Bengals, los Raiders de Oakland y Arizona.
Se retira con un índice de pases completos de 62,5% y como el único quarterback que ha tenido campañas de más de 4.000 yardas con tres equipos distintos. Lo logró dos veces con Cincinnati, una con Oakland y tres con los Cardinals.
Sólo ganó un partido de postemporada, en 2015, cuando los Cardinals eliminaron a Green Bay en tiempo extra.