Nick Foles, quien se convirtiera en el quarterback titular de los Eagles de Philadelphia tras la lesión de Carson Wentz, fue el MVP (Most Value Player) del Super Bowl LII, en el que derrotaron 41-33 a los Patriots de New England.
El mariscal de campo llegó a ser un referente de los Eagles y aunque no contaba con la experiencia de Tom Brady (Patriots) se mostró mejor en el partido del US Bank Stadium y llevó a su equipo a conquistar su primer Vince Lombardi.