“Serás eterno como el tiempo” es parte de una frase entrañable que sintetiza el espíritu de Peñarol y lo que representa. Y desde este lunes también se aplica al recuerdo de Eduardo Ñato García –como futbolista se inició en el tradicional club de Montevideo–, quien quedó inmortalizado en un vuelo de arquero en un sector del Capwell.
El homenaje de la directiva eléctrica a uno de los mayores símbolos del club quedó plasmado en una escultura que se develó el lunes en una ceremonia que tuvo como invitados especiales a los familiares del exgolero, fallecido hace dos años y llegado al país hace 50.
Nassib Neme, presidente millonario, encabezó el emotivo acto en memoria de García, campeón como futbolista con Emelec en 1972 y como técnico en 1979. Con una escultura, en la esquina de San Martín y Quito, en el nuevo edificio del escenario azul, quedó perpetuada la imagen del popular Ñato.
La obra la confeccionó el artista Juan Pablo Toral, a quien le tomó cerca de cinco meses esculpirla en bronce.
Antes de develarse la escultura se presentó, en la sala de prensa del Capwell, un video de la época en la que García fue jugador. Ahí, Elías Wated, presidente vitalicio del club, hizo una semblanza. “Cuando Eduardo llegó enamoró a todos los emelecistas. Siempre fue muy querido por todos y este es un justo homenaje”, manifestó. Eduardo García Villacreses, hijo del Ñato, recibió de Neme un buzo de color negro con el número 1 y la inscripción ‘Ñato eterno’. “Para mi padre, Emelec fue todo en su vida. Siempre fue un agradecido de lo que le dio el club. Este homenaje es una alegría enorme y un orgullo para la familia. Mi papá se lo merecía. Todos estamos agradecidos con la dirigencia”, dijo. (D)