Ha sido un fin de semana de invasiones de campo en el fútbol europeo. Primero con los fanáticos del West Ham que encararon a sus jugadores en la goleada por 3-0 a manos del Burnley y luego con los hinchas del Lille que agredieron a sus futbolistas tras el empate 1-1 con el Montpellier, ahora este tipo de actos se trasladaron al fútbol griego, específicamente en el encuentro entre el PAOK Salónica y el AEK Atenas.
Con ambos equipos en la lucha por el título de la liga griega, con el AEK en el primer lugar con 54 puntos y el PAOK en el tercero con 49, este enfrentamiento era de suma importancia para los dos, más aún para el ex equipo de Carlos Zambrano al ser el local. Sin embargo, esta trascendencia extra con la que contaba este duelo generó actos inaceptables después de que se haya anulado un gol a los dueños de casa.
Y es que tras una anotación anulada al defensor Fernando Varela en los descuentos del segundo tiempo, las gradas del Toumba Stadium quedaron completamente enojadas con el cobro arbitral. Dentro de ellas, se encontraba el presidente del PAOK Salónica, Ivan Savidis, quien ingresó al terreno de juego para encarar al juez principal con una pistola en su poder. No obstante, no se vio obligado a realizar algún disparo ni a herir a alguien, pero ordenó a sus jugadores que se retiren del gramado de juego ya que los del AEK Atenas ya estaban en el suyo.
Al final, el partido quedó momentaneamente suspendido debido a la no predisposición del cuadro visitante de salir del vestuario. Según su entrenador Manolo Jiménez, han recibido órdenes del presidente de no regresar a la cancha al haber un representante del club rival con una pistola. Además, según dio a entender, esperan que la Federación Griega de Fútbol tome cartas en el asunto y les den los tres puntos correspondientes al partido.