A dos meses de su desembarco en Boca, Emanuel Reynoso todavía no puede desvincularse de algunos conflictos asociados a esa transferencia. El más reciente es una denuncia de su ex representante, Mauricio Giomprini, quien lo llevará a la Justicia por calumnias e injurias.
“Estoy dolido con Bebelo porque me acusó de querer robarle la plata y yo no necesito dinero, solo quise ayudarlo sin pedirle nada a cambio. Se portó mal conmigo y por eso ahora tendrá que pagar”, le dijo Giomprini a Clarín desde Panamá.
El empresario cordobés confirmó que la demanda, que motorizará el estudio Tebas y Asociados en los tribunales de Córdoba, será por una cifra cercana al millón y medio de dólares. “Yo le hago un juicio para que no acuse a nadie gratuitamente”, sentenció.
“Él me fue a buscar y como soy hincha de Talleres le di una mano sin pedirle nada a cambio. Pero lo llamé en varias oportunidades y no me respondió. Ya pasó con otros representantes a los que Bebelo les dio la espalda”, contó Giomprini.
Boca consiguió en Tucumán un empate agónico que le sirve
Tras su llegada a Boca, Reynoso interrumpió su vínculo con Giomprini (quien se dedica a la venta de automóviles en viaje por asuntos de negocios) y es representado por Martín Guastadisegno.
“Este muchacho está acostumbrado a manejarse así, pero no voy a permitir que se ponga en duda mi honorabilidad. Soy muy trasparente y los papeles que firmamos con Boca estaban perfectos. Alguien le metió cosas en la cabeza y empezó a acusarme. Y eso no se lo voy a permitir”, disparó el empresario.
La demanda de Giomprini no es el único conflicto que tiene como eje al jugador de 22 años. El Club Infantil Barrio Ituzaingó (CIBI), en el que se formó Reynoso, le reclama a Talleres una deuda de 300.000 dólares correspondiente al 20 por ciento del monto del pase de Bebelo a Boca.
La semana pasada, el interventor del CIBI, Pablo Tello, se reunió en la sede de la Liga Cordobesa de Fútbol con el presidente de esa institución, Emeterio Farías, y con los abogados de Talleres para intentar destrabar la situación, aunque no tuvo éxito.
El club albiazul no reconoce el contrato firmado en 2010, cuando adquirió al futbolista que en ese momento tenía apenas 14 años. En ese documento se establecía que la T pagaría 100.000 pesos por el 80 por ciento de los derechos económicos y el 20 por ciento restante quedaría en manos del CIBI. Ese 20 por ciento es por el que ahora reclama la pequeña institución.
Daniel Angelici, sobre el rendimiento de Carlos Tevez: "Con el nombre ya no alcanza"
Talleres aduce que en ese momento no contaba con autoridades elegidas por los socios y niega la validez de ese contrato por haber sido firmado por integrantes del fideicomiso de administración que manejó el club tras la quiebra. “Esto es una chicana barata”, sentenció Tello en diálogo con Clarín.
La contraoferta de Talleres fue abonar la colocación de una cancha de césped sintético en el predio del CIBI cuyo valor, según los dirigentes de la T, es de 12 millones de pesos. “Nosotros conseguimos un presupuesto de 4 millones para hacerlo”, reveló Tello. “Dicen que sería una especie de donación. Nosotros la rechazamos. Talleres no tiene voluntad de pagar el 20 por ciento del pase de Bebelo”, sentenció.
El próximo paso del CIBI será demandar a Talleres en la Justicia para exigir el pago de esos 300.000 dólares. Además solicitará que se embarguen los bienes de Talleres, las recaudaciones de los partidos que el equipo dispute por la Superliga y el dinero correspondiente a los derechos de transmisión de los partidos.