09/05/2024

Un espectáculo de masas, con figuras y clubes populares

Domingo 22 de Abril del 2018

Un espectáculo de masas, con figuras y clubes populares

Hasta finales de los años 80, en las noches, eran habituales las largas colas que se hacían para ingresar al coliseo Voltaire Paladines Polo o al Abel Jiménez Parra (por el lado de la calle Capitán Nájera). El alboroto, que incluía venta y reventa de boletos, se producía por el interés causado por los partidos de básquet del torneo regido por la Federación Deportiva del Guayas. Tal era la presencia de público que los vendedores de comida colocaban sus puestos afuera de esas instalaciones.

Hasta finales de los años 80, en las noches, eran habituales las largas colas que se hacían para ingresar al coliseo Voltaire Paladines Polo o al Abel Jiménez Parra (por el lado de la calle Capitán Nájera). El alboroto, que incluía venta y reventa de boletos, se producía por el interés causado por los partidos de básquet del torneo regido por la Federación Deportiva del Guayas. Tal era la presencia de público que los vendedores de comida colocaban sus puestos afuera de esas instalaciones.

Hasta finales de los años 80, en las noches, eran habituales las largas colas que se hacían para ingresar al coliseo Voltaire Paladines Polo o al Abel Jiménez Parra (por el lado de la calle Capitán Nájera). El alboroto, que incluía venta y reventa de boletos, se producía por el interés causado por los partidos de básquet del torneo regido por la Federación Deportiva del Guayas. Tal era la presencia de público que los vendedores de comida colocaban sus puestos afuera de esas instalaciones.

Todo eso ocurría antes de que uno de los escenarios basqueteros se convirtiera en sitio de alquiler para eventos religiosos, políticos y artísticos; y el otro fuera demolido en el 2016 (con la venia de la actual administración de Fedeguayas).

El básquet guayaquileño gozaba de aceptación porque el torneo provincial, de alta calidad, tenía un calendario que se cumplía con rigurosidad y la organización era profesional. El campeonato lo jugaban equipos de enorme arraigo popular como Athletic, Liga Deportiva Estudiantil, Emelec, 9 de Octubre, Uruguay, Ferroviarios, Banco Central, Ajae y otros.

Era tal la relevancia mediática de las jornadas nocturnas de básquet, hasta hace tres décadas, que quien no conseguía entradas podía escuchar las acciones de los juegos a través de las transmisiones en vivo y en directo realizadas por las radios CRE y Atalaya, con sus respectivos periodistas en los coliseos de la ciudad donde se jugara.

En esa época, los basquetbolistas eran casi tan conocidos como los futbolistas. Sus nombres resultaban familiares: Oswaldo Arias, Mario Lara, Galo Vargas, Jorge Mayo, Nicolás Lapentti, Eduardo Chong Qui, Efraín Arias, Engels Tenorio, Otilio Valencia, Elver Escobar, Omar Vargas, Eduardo Alcívar, Gary Ramírez, David Aparicio, Ayub Sánchez y muchos más. Además, había una ‘guerra’ no declarada para determinar qué club contrataba a los refuerzos estadounidenses y panameños de más categoría y atractivo.

La alta competencia sénior era añeja en esos tiempos en los que ya eran leyenda Jorge Chato Mejía, Fortunato Muñoz, Juan Sala, Eduardo Alarcón, Luis Landívar, Enrique Caballito Zevallos (padre e hijo, con el mismo apodo), la dinastía Sandiford (Pablo, Pío, Severo), Justo Morán, Alfonso Quiñónez, Juan Saab, y más astros canasteros. Esas horas de gloria, como los torneos de básquet de mayores, se extinguieron. (D)

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