Young Boys de Berna se proclamó, treinta y dos años después, campeón de la Liga de Suiza tras vencer a Lucerna (2-1), en el encuentro de la trigésima segunda jornada.
El conjunto de Adolf Huetter selló su éxito con cinco jornadas de antelación y en su propio estadio, el Suiza Wankdorf, gracias a un gol de Jean Pierre Nsame a un minuto del final.
Young Boys tuvo que remontar la ventaja inicial de su rival al inicio de la segunda parte por medio de Christian Schneuwly. Empató en el minuto 52 gracias a un penal transformado por Guillaume Hoarau.
Lucerna pudo tomar ventaja pero Valeriane Gvilia falló desde los once metros. Después, Nsame logró el tanto de la victoria y llevó la euforia a las gradas del estadio, que irrumpieron sobre el césped para celebrar el título.
Young Boys, que obtuvo su último trofeo de la Superliga en 1986, aventaja en dieciséis puntos a Basilea, segundo en la tabla y que había ganado consecutivamente, las ocho últimas ediciones de la competición.