Sin alimentos o agua, el ser humano puede sobrevivir un tiempo, pero dos minutos sin aire para una persona promedio, son fatales. Lo cierto es que no sólo a nivel fisiológico el aire es vital, sino también a nivel energético y espiritual. En griego espíritu se traduce como pneuma que significa aliento. La tradición yóguica ubica que el Prana o fuerza vital necesaria para el sostenimiento de la vida ingresa al cuerpo a través de la respiración y el aire, elemento al que pertenecen los signos zodiacales que esta semana nos toca revisar en relación con el Yoga.
El aire representa el mundo del pensamiento y de la comunicación y se relaciona con el refinamiento, la curiosidad, la lógica, la visión clara y objetiva pero también con la dispersión y el desapego emocional. Es el único elemento en la rueda zodiacal que no está representado por animales por lo que es el que más se relaciona con el hombre y sus capacidades "únicas".
Sin embargo, aunque el desarrollo del intelecto nos aleja de nuestro origen instintivo y animal, si la mente racional no se conecta con la parte intuitiva y emocional, dolencia de la que sufren normalmente los signos de Géminis, Libra y Acuario, el potencial humano queda trunco.
Curiosamente el elemento de Anahata o el Chakra del Corazón, ubicado al centro del pecho es justamente el Aire, por lo que la apertura del pecho simboliza la entrada al corazón, que crece en compasión, gozo, conexión con nosotros mismos y los otros y la capacidad de dar y recibir amor, con lo que disminuye el aislamiento y la depresión. Cuando Anahata está cerrado, la energía que contiene se estanca no sólo a nivel siquíco sino también a nivel físico. El corazón se asocia además con una energía llamada vyana, que es la encargada de llevar los nutrientes obtenidos tanto de alimentos y respiración, como de ideas y experiencias, adonde son requeridos.
LOS TRES VIENTOS
Géminis es el primer signo de aire. Es el viento que mueve todo sin dirección ni rumbo, se relaciona con el niño que ya habla y camina libremente, que piensa y razona y que quiere saber el porqué de las cosas, que hace travesuras, que se escapa y cuando se le increpa dice yo no fui. Su mantra es Yo pienso.
El karma de los geminianos se suele centrar en torno a las mentiras o artimañas. Las antiguas negatividades podrían incluir chismes, insultos, traiciones, informaciones erróneas y engaños deliberados. Su reto kármico consiste en abrirse a la sabiduría interna del corazón para poder identificar la verdad y profundizar en ella.
El segundo signo de aire es Libra que ejerce su destino energético arbitrando, sopesando, eligiendo cuidadosamente las palabras y los momentos oportunos para intervenir. Su mantra es Yo equilibro. El gran tema con los nativos de este signo es que su infructuosa búsqueda del equilibrio perfecto los hace unos indecisos consuetudinarios siempre pendientes de la opinión de los otros para evitar el conflicto. Se relaciona con el adulto joven.
El reto kármico de Libra es mostrarse abierto y sincero en futuras relaciones, de modo que las necesidades de ambas partes puedan satisfacerse igualitariamente.
Por último, Acuario, el tercero de la serie, se relaciona con el rejuvenecer de la conciencia. Su mantra es Yo sé, y hacen del conocimiento su más grande tesoro para poseer y compartir. La gran contradicción de los acuarianos es la defensa racional de los valores humanistas más progresistas a la vez que se muestran fríos y poco humanos en el corazón especialmente con sus seres más cercanos.
El Karma de Acuario está relacionado con rebeliones previas y conflictos con la autoridad. El desafío kármico consiste en conservar lo mejor del pasado, abandonar el resto y evolucionar de manera flexible.
ABRIENDO EL CORAZÓN
Para Géminis, Anahatasana, nada menos que la Postura del Chakra del Corazón resulta excelente. También conocida como la Postura del Corazón Derretido, o también como Uttana Shishosana o la Postura del Cachorro, esta posición conecta con el corazón y el amor incondicional.
Se dice que esta postura "abre el cofre del pecho" permitiendo purificarlo de sentimientos viejos y lastres, además de que relaja la mente, fomenta la paciencia y ayuda a controlar la respiración.
Para Libra, Bakasana o Kakasana, las Posturas de la Grulla y el Cuervo respectivamente, promueven equilibrio físico y mental, concentración, calma y autoconfianza. A nivel pránico ayuda a despertar la energía kundalini dormida en la base del coxis, fortaleciendo el chakra sacro, también conocido como el chakra sexual.
Este chakra trabaja la conexión y capacidad de aceptar a otros y nuevas experiencias. Con el tiempo, esta asana conecta con nuestras emociones y energía creativa.
Hablando de Acuario, la postura recomendada es Matsyasana o la Postura del Pez que abre el pecho y la caja torácica, favoreciendo la respiración profunda y la purificación de la sangre y de todo el cuerpo. Como la mayoría de las flexiones hacia atrás, es una potente asana para abrir el cuerpo emocional. La postura estimula directamente el chakra del corazón, que al desbloquearse permite mirar el mundo desde un lugar de amor, compasión y empatía.
La apertura del pecho nos coloca además en una posición de vulnerabilidad que a menudo se trata de evitar por miedo a ser lastimados. No es de sorprender que una vez que empieza a abrirse el pecho, emerjan a la superficie emociones supuestamente superadas con las que podremos lidiar al contactar con la sabiduría interna que reside en este centro de conciencia.