Yoanner Negrín luce intratable y los Leones empatan la serie en el “Beto Ávila”; mañana, de regreso a la cueva
Los Leones se pusieron otra vez el chip que les sirvió en la novena entrada del domingo. Un cambio de mentalidad a tiempo. Y una arriesgada movida del piloto Roberto Vizcarra dieron a Yucatán otro semblante y la Serie de Campeonato de la Zona Sur se volvió a empatar.
Los melenudos hicieron daño a los Tigres en lo que más les duele y los vencieron 6-2, viniendo de atrás, dejando casi mudo a un Parque “Beto Ávila” que disfruta a no más cada victoria sobre los Leones.
Vizcarra dejó en el dogaut a Jonathan Castellanos, quien calentó el miércoles antes de la suspensión y jaló por Yoanner Negrín. El “Asere” se portó como lo estelar en que se ha convertido desde su llegada a la Liga Mexicana y lanzó siete actos con pelota de solo tres hits.
Una actuación soberbia, en un relevó increíble que permitió a los melenudos mantenerse en la pelea en su cuarta Serie de Campeonato de la Zona Sur.
Perdedor apenas el sábado pasado en el Juego 1, Negrín fue sacudido por cuadrangular de Manny Rodríguez en el segundo rollo. Hubiera usted visto, amigo lector, las linduras que se dijeron en las redes sobre el serpentinero de La Habana. Pero con una conducta impresionante no dio más libertades. Sus compañeras tardaron en meterse al partido.
Barry Enright les dio de comer en la mano en cuatro actos y se esperaba lo peor para los yucatecos. Pero el béisbol les dio. Bueno, en realidad buscaron los fundamentos y les funcionó.
En la quinta, un hit de “Cacao” Valdez dentro del cuadro, un buen toque de Leo Heras y sencillo remolcador de Sebastián Valle. Parece fácil cuando se dice. Hacerlo debe ser tan complicado que no siempre sale.
Y volviendo al famoso béisbol pequeño, la frase que ahora hasta el más villamelón de todos tiene en la boca, en la séptima Heras se embasó con otro perfecto toque por tercera, Valle volvió a tocar, sacrificándose, y Ricardo Serrano respondió con sencillo, para luego timbrar con doble de Rubén Sosa.
Lo que es ponerse el overol. Enright les dio de comer en la mano con solo 43 pitcheos en cuatro actos y en los tres siguientes el pitcheo tigre requirió casi 60.
En buen momento
Recuperaron la paciencia en el momento cumbre.
Negrín dejó el cerrito luego de siete grandes entradas. Ronald Belisario subió, pero no estuvo fino y le anotaron una carrera. Entró entonces Chad Gaudín y les cerró la jaula a los Tigres.
Luego en la novena Art Charles se voló la barda con uno en base ante Raúl Barrón. Y entonces el “Beto Ávila”, su ruidosa afición y sus hombres de la cabina callaron abruptamente.
Los Leones habían pegado durísimo jugando béisbol, bateando, pitcheando y defendiendo. Nada más doloroso que lo que presumieron ruidosamente cada noche de triunfo se les revirtiera.
Los Leones aseguraron volver a casa a definir esta Serie de Campeonato, igual que las anteriores. Ya saben en dónde está el chip, el concepto que se llama béisbol.
Me decían gente que sabe de béisbol (probados conocedores como Aurelio Canales y Hernán Evia) que Vizcarra había hecho la maniobra más arriesgada de la temporada con meter a un Negrín sin el brillo de años anteriores. La jugada fue maestra en resultado. Y el momento sicólogico regresó a la cueva melenuda.
José Samayoa irá hoy a la loma ante Henderson Álvarez en el Juego 5. Y mañana el 6 se jugará en Mérida. No habrá descanso para que el finalista viaje cómodo a la Serie del Rey. Falta un largo trecho y grandes dramas de cara al viaje soñado.— Gaspar Silveira Malaver