Munir El Haddadi pagó caros los 13 minutos que disputó con España en 2014. Fue ese partido ante Macedonia, por las Eliminatorias de la Eurocopa, lo que le impidió al delantero nacido en Madrid jugar el Mundial con la camiseta de Marruecos, el país de sus padres. Así lo determinó el Tribunal Arbitral Deportivo al denegar una solicitud de doble nacionalidad deportiva.
El caso Munir es uno entre tantos en los Leones del Atlas, que tienen un plantel con 17 de los 23 futbolistas de otros países. Benatia, el capitán, es de Francia. Hakimi, la joyita, de España. Y Ziyech es de Holanda, país para el que se negó a jugar, provocando el exabrupto de Van Basten de calificarlo como “estúpido”. Cosas del destino: Ziyech está en Rusia; Holanda, no.
Con ocho franceses, cinco holandeses, dos españoles, un belga y un canadiense, la nómina de Marruecos contrasta con la de Francia ´98, su última aparición mundialista. Entonces había solo dos extranjeros. Mucho mayor es la diferencia con México ´70, cuando todos los jugadores debían ser marroquíes y además jugar en la liga local por orden del gobierno.
La convocatoria de futbolistas nacidos en otros países es una vieja costumbre del fútbol. Italia fue campeona en 1934 con cuatro argentinos; Di Stéfano, también argentino, jugó para España, aunque nunca lo hizo en un Mundial; Francia se consagró en 1998 con un equipo black,blanc,beur (negro, blanco, árabe) nutrido por colonias y excolonias.
La génesis de esta selección multinacional de Marruecos deviene del exilio forzado por razones económicas en los años ´80 y ´90, cuando el desempleo afectó al 22.9 de la población del país, según los datos del Banco Mundial. Crisis constantes y repetidas. Cuatro millones de marroquíes son los que viven actualmente en el exterior, lo que representa al 12 por ciento del total de la población del país.
Los Leones del Atlas mezclan la formación de los clubes europeos con la tradición del fútbol marroquí y de la mano del francés Hervé Renard buscarán dar la sorpresa en el Grupo B. Su debut será en San Petersburgo ante Irán, el rival más accesible de la zona, y luego intentarán bajar a Portugal o España, los grandes candidatos a meterse en octavos.