Mario Ricardo, volante paraguayo que hace algunos días marcó un golazo que postulará al Premio Puskas, acaba de dar el salto desde la Tercera División hasta la Primera donde militará en el Sol de América, esto a pesar de la discapacidad física de solo mirar con un ojo.
Cuando tenía 10 años, Mario Ricardo perdió la vista del ojo izquierdo cuando su compañero le clavó un lápiz, sin embargo eso no mató su voluntad y pasión por el fútbol.
Tras pasar por distintos oficios como vender tomates de tienda en tienda, el futbolista, 18 años después, vive su mejor momento tras recibir el contrato del Sol de América y esto se dio tras el golazo que le metió a Cerro Porteño, uno de los clubes más poderosos de Paraguay y del cual es hincha.
"Realmente fue un bonito gol, no me sorprendió porque siempre hago golazos", fue la frase del jugador que reparte talento con solo un ojo.
Hoy, Mario Ricardo es jugador profesional y tiene muchos sueños por cumplir, sin duda una de las lecciones que deja un deporte tan popular como el fútbol.