El "efecto Moyes" tras sustituir en el banquillo al chileno Manuel Pellegrini se vio frenado este viernes en el estadio Bramall Lane. Después de ganar en su estreno 4-0 al Bournemouth y de avanzar en la Copa en su siguiente encuentro (0-2 contra el Gillingham, el West Ham volvió a la realidad deforma cruel.
Aunque estuvo a merced de su rival durante un gran tramo del duelo en el que el Sheffield mereció un premio mayor por ocasiones claras como la que dispuso el escocés John Fleck (estrelló un disparo contra un poste), en el último tramo del encuentro mereció un premio mayor por su insistencia.
Al final, la derrota estuvo marcada por dos varapalos: el primero, por una mala cesión de David Martin que no acertó a controlar bien Fabián Balbuena y que aprovechó Fleck para robar la pelota y cedérsela a Oliver McBurnie, que marcó a placer el único tanto del partido. Y, el segundo, lo recibió en el minuto 92, cuando el VAR anuló el tanto de Snodgrass por una mano de Declan Rice previa a la diana del West Ham.
Ahora, el equipo de Moyes, tras su impulso inicial, podría acabar la jornada en puestos de descenso si el Bournemouth y el Aston Villa ganan sus partidos. Mientras, en Sheffield, celebraron su ingreso en la zona noble de la clasificación: ya son quintos y, a la espera de la disputa del resto de la vigésimo segunda jornada, ocupa plaza europea por delante del Manchester United, del Tottenham y del Wolverhampton.