Después de mucho tiempo, los seguidores de Dragon Ball volverían a ver a los personajes en un nuevo proyecto. Este empezaría siendo una nueva película y luego pasaría a ser una serie. Era la primera vez que se presentaba a una deidad como un dios de la destrucción. Algo que terminó gustando a los fanáticos, pues el personaje de Bills calzó perfecto para la nueva saga de Akira Toriyama.
Para ese entonces, Gokú solo conocía a seres celestiales como Kamisama o los Kaioshin. Los cuales eran fuertes, pero no tanto como el protagonista que para ese entonces había logrado dominar el poder del super saiyajin.
Bills había despertado de un profundo sueño, luego de haber tenido una extraña premonición sobre un guerrero saiyajin que pondría en peligro su existencia.
El Supremo Kaio-sama fue el primero en sentir la presencia de Bills, por lo que se puso nervioso. Junto a el, también se encontraba otro kaioshin, este le dijo que se tranquilice. Sin embargo, el miedo del dios creador era justificable, pues molestar al dios de la destrucción significaba el fin.
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Por ello, era importante ocultar cualquier cosa que termine molestando a Bills. Es por eso que estaba prohibido avisarle a Gokú sobre la existencia de la deidad, pues tarde o temprano el saiyajin lo retaría a una batalla.
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