La paliza más grande en la historia de las Finales de Conferencia fue propinada por las Carolina Panthers a los Arizona Cardinals, que de la mano de Cam Newton ganaron de manera contundente 49-15 y clasificaron al Super Bowl por méritos propios.
Newton disfruta el juego, festeja en grande, de repente podría parecer un tanto irrespetuoso, pero definitivamente goza jugar y ganar. Lo mejor es que sus números lo respaldan, tiene todo para ser el MVP y lanzó para 335 yardas y dos pases de touchdown.
Con hombres como Greg Olsen, Ted Ginn Jr. y Jonathan Stewarta la ofensiva, Carolina lució como un conjunto arrollador, Arizona desapareció completamente y se convirtió en una comparsa.
Pero si a la ofensiva las Panthers lucieron, hay que mencionar también a la defensiva encabezada por Luke Kuechly, que se volvió a hacer presente con sus grandes tackleadas y con una intercepción que terminó en touchdown y terminó de sepultar a los Cardinals.
¿Qué decir de los Cardinals y sobre todo de Carson Palmer? Todo lo que habían demostrado durante la temporada se vino para abajo y ofrecieron el peor partido de 2015-2016.
Palmer terminó con cuatro intercepciones, un pase para touchdown y 235 yardas. Poco a poco se fue para abajo mentalmente y lo peor fue que los intercambios de balón fueron capitalizados.
Carolina sigue viviendo un gran sueño y ya preparan el viaje a San Francisco para volver al escenario en el que ya estuvieron en 2003: El Super Bowl.