- Luis Cruz López
- Redactor
Terminaba la final de 1990. Alemania se tomaba la revancha y derrotaba a Argentina por 1 a 0, con un polémico penal cobrado por el árbitro mexicano Codesal, faltando pocos minutos para que termine el segundo tiempo. Bilardo recibía la medalla de plata y miraba a Beckenbauer, entrenador alemán, levantando la tan ansiada Copa del Mundo. En ese momentos, pensaba si acercarse o no.
“Cuando lo veía a Beckenbauer con la Copa, tenía unas ganas de decirle: Dámela que me saco una foto”, comentó el ex-entrenador argentino en una entrevista realizada a ‘El Gráfico’ hace algunos años. Estuvo a una decisión de marcar uno de los momentos más extraños en un mundial: un técnico subcampeón levantando la Copa y tomándose una foto con ella. Y es que no tuvo la oportunidad de tocarla cuatro años antes.
¿Por qué despreció la Copa del 86?
Terminaba la final de 1986 en el Estadio Azteca. Argentina derrotaba a Alemania por 3 a 2 y un Maradona en la cumbre de su carrera le daba el título a la albiceleste. Festejaban todos en el vestuario, menos uno. Carlos Bilardo los esperaba furioso y empezó a recriminarles por los dos goles recibidos.
Ambos fueron de pelota parada, la molestia del entrenador se produjo pues en cada entrenamiento habían ensayado y estudiado cada movimiento del cuadro alemán en los tiros de esquina. Prefirió no celebrar, tal vez algo decepcionado por su propio trabajo en ese partido.
“En el 86 me dije: La próxima Copa la vamos a ganar también”, comenta el técnico en la entrevista, seguro de que tendría una segunda posibilidad de tomarse una foto con la Copa del Mundo. Finalmente, nunca pudo tenerla en sus manos.
También se quedó sin medallas
El excéntrico estratega argentino también se quedó sin medallas. Cuenta que en el 86, se la regaló a uno de los ayudantes que se quedó sin ella. Y la del subcampeonato prefirió desecharla también. En uno de esos eventos, previos a una Copa del Mundo, pudo finalmente tomarse una foto con la réplica de la Copa. Quedó pendiente la original.
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