Tras 32 años de lucha contra el Parkinson, Muhammad Ali ha fallecido a los 74 años de edad, dice el comunicado emitido por Bob Grunell, vocero oficial de la familia de Ali.
Tres veces campeón mundial de peso completo, medallista olímpico, incansable activista por los derechos de los afrodescendientes y defensor del Islam (ese que no promueve la violencia, el que lo hace simplemente no lo es), falleció por complicaciones derivadas de la enfermedad respiratoria que lo ingresó al hospital el jueves 2 de junio, que se agravó más por el Parkinson que lo aquejó en los últimos 30 años de vida.
A últimas fechas, en diciembre de 2015 y enero de 2016 fue ingresado al hospital, pero había salido avante. En esta ocasión, al menos al inicio de la estancia de Ali en el hospital se esperaba que fuera corta, pero no fue así.
No por nada sus hijos viajaron a Arizona para estar cerca de él.
A pesar de que no se reveló nada hasta este momento, los rumores de la inminente muerte del “Grandioso” se acrecentaron hasta que se volvieron ciertos.
Ali se convirtió al Islam en la década de los 60
Laila Ali dejó entrever un poco de la gravedad del asunto al agradecer en redes el apoyo y preocupación por su padre, pero esta vez no mencionó que estaba mejor, como lo había hecho en las ocasiones anteriores.
Adiós al más grande, al mejor de todos los tiempos. “Una vez que haya muerto, seré leyenda”. Murió el hombre, nació la leyenda.