El español Juan Velarde fue parte del grupo de pilotos que viajó a Acapulco para estar en una exhibición de la Red Bull Air Race. El ibérico, parte de la categoría élite de la competencia, habló con La Afición sobre su pasión por los aviones, que incluye manejar uno para superar obstáculos a gran velocidad en la Master Class, y otro de la compañía Iberia, para llevar pasajeros de un continente a otro.
"Me siento muy a gusto, casi como en casa, he venido muchas veces a México volando en el avión comercial, con la compañía aérea, así que estar aquí, ligado a la Red Bull Air Race y al mundo de las carreras es un doble placer", afirmó.
¿Cómo compaginas ser piloto comercial con correr de forma habitual en el serial?
No es fácil por cuestión de calendario, tengo que estar mucho tiempo fuera de casa y hay que compaginar las dos actividades, pero afortunadamente la compañía aérea en la que vuelo me da facilidades, le gusta tener un piloto de competencias en sus filas y vuelo relativamente poco, así que me puedo dedicar tanto a entrenar, como a competir.
¿Qué tan diferentes son las dos actividades, aunque involucran aviones?
Son muy diferentes, pero se complementan la una a la otra; por supuesto, el mundo de la competencia es apasionante y paso de volar un avión de 600 kilos a 20 metros del suelo, a uno de 230 toneladas a 10 kilómetros de altura por todo el mundo, pero siendo técnicamente dos actividades distintas, el vuelo de línea aérea es manejar una tecnología puntera, y conocer y dominar un avión tan inmenso es muy atractivo también.
¿Cómo llegaste a la Red Bull Air Race?
Empecé a volar cuando era adolescente, después me hice piloto profesional y luego comencé a hacer un poco de vuelo acrobático para ver qué era, porque siempre me atrajo mucho. Después me involucré más, empecé a entrenar en serio, y llegué a formar parte del equipo español de vuelo acrobático, competí 10 años en campeonatos europeos y mundiales, hasta que tuve la oportunidad de hacer unas pruebas para la Air Race, las pasé y aquí estoy, es mi tercera temporada, y es un orgullo competir contra los mejores del mundo.
Diste el salto de la Challenger Cup (categoría de desarrollo) a la Master Class, ¿qué tan diferentes son?
Es un salto importante, en 2014 volé en la Challenger Cup y luego fui seleccionado, el año pasado fue mi primera temporada en la Master Class, y técnicamente es más difícil, los aviones son más ligeros, más rápidos, tienes que manejar la energía y soportar mucha más (fuerza) G, aceleraciones, físicamente es más duro, y tienes que gestionar el equipo. Estás a otro nivel, en cuestión de desarrollo técnico, de patrocinios, la carga de trabajo aumenta y no solo tienes que pensar en volar, sino en lo demás.
En las primeras dos fechas te has quedado en la Ronda de 14, ¿qué esperas del resto de la temporada?
El comienzo ha sido bueno, el año pasado fue de aprendizaje, y ahora esperamos obtener resultados; en la última carrera en Austria ganamos la clasificación y fue un paso adelante, sobre todo para tomar confianza y ver que somos capaces de ganar, así que para la siguiente espero no cometer errores y aspirar al podio.
¿Cuál es la clave para ganar en esta categoría?
Las diferencias entre pilotos son de décimas o centésimas de segundo, cualquier pequeño detalle influye, es un trabajo en equipo muy importante, tienes que desarrollar el avión, hacerlo más ligero, rápido y potente, y por otro lado hay un planteamiento táctico de cada carrera, luego como piloto tengo que controlar la técnica de vuelo, la concentración, mi estado físico, y llevar a cabo ese planteamiento.