Talento hay para sacar buenas cuentas en una división en donde, después de cinco años de dominio de los Broncos, se ha abierto la competencia a todos los equipos. Y San Diego tiene en teoría un conjunto para lograr su cuarta campaña ganadora desde 2010, pero es eso, solo en teoría lo tiene.
El nombre del conjunto ha sido tema de discusión por historias fuera del emparrillado con lo del posible cambio de sede, eso ha distraído la atención de lo que realmente puede pasar en el campo. Aunque ahí existen muchas incógnitas.
Solo es necesario echarle un mirada a tres estadísticas para darse cuenta cómo fueron los Cargadores de 2015 y en qué nos debemos fijar para saber si harán algo distinto al 4-12.
El conjunto californiano tuvo la novena mejor ofensiva global de la liga, la cuarta mejor por aire y la 31 —penúltima de la NFL— por tierra. Polos opuestos con los que no se puede ser un firme contendiente.
Philip Rivers no necesita presentación ni análisis de lo que puede hacer con su brazo, siempre y cuando tenga la protección para hacerlo. Algo en lo que ha fallado.
La porosa y lesionada línea ofensiva del equipo permitió que Rivers fuera capturado 40 ocasiones, así le resultó muy complicado explotar su brazo. Pero el equipo intentó tapar esos huecos al reforzar a su línea frontal, y eso le va a caer muy bien al mariscal de campo, porque tiene un nuevo receptor que lo hace sonreír, Travis Benjamin, quien acumuló 966 yardas con Cleveland.
Junto a este refuerzo está el elusivo Keenan Allen y el blanco favorito y estrella: Antonio Gates, quien a pesar de sus 36 años de edad, seguirá siendo un referente y, muy posiblemente, el que saque de muchos aprietos al equipo.
Aun así, la oficina del conjunto ve hacia el futuro y está listo por si es necesario que exista un reemplazo en esta posición. En el Draft eligieron en la segunda ronda a Hunter Henry, considerado uno de los mejores en su posición.
Bueno, al voltear hacia el otro lado del emparrillado viene una parte tétrica para ellos. La defensiva dio más dolores de cabeza que alegrías y eso se refl ejó en el tema más importante, puntos permitidos: 24.5.
Para cambiar la historia movieron algunas piezas para que la defensiva terrestre no deje que sean casi cinco yardas (4.8) las que les hagan cada que toman el balón y les corren. Si por tierra bajan ese promedio, la defensiva aérea debe de conocer hasta dónde son capaces de llegar, porque son una incógnita básicamente en la parte de la reacción.
En todas las áreas defensivas parecen estar en el mismo nivel, no es uno de élite, pero tampoco uno de pesadilla. Mantenerse saludables será su mejor aliado, porque podrían navegar en mejores aguas, en donde pueden sorprender a algún contendiente (aunque no se descarta que puedan caer con alguna escuadra mediocre). Una de sus mayores satisfacciones sería pegarle a sus compañeros de división