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Un día en la vida de 'Bibi', la gimnasta que pone en alto a México

Martes 04 de Octubre del 2016

Un día en la vida de 'Bibi', la gimnasta que pone en alto a México

María Bárbara Wetzel, quien con tan solo 13 años de edad, ha puesto en alto en nombre de México, al ser campeona mundial en gimnasia y ganar cinco medallas en los primeros Juegos de Trisomía.

María Bárbara Wetzel, quien con tan solo 13 años de edad, ha puesto en alto en nombre de México, al ser campeona mundial en gimnasia y ganar cinco medallas en los primeros Juegos de Trisomía.

Hace 13 años, en Chihuahua, nació María Bárbara Wetzel Aguilar, una niña destinada a deslumbrar con su talento. 'Bibi', como le dicen de cariño sus papás, ha ganado una decena de premios como gimnasta. Ella tiene Síndrome de Down.

'Bibi' sabe que "tiene Síndrome de Down y es una feliz portadora y sabedora de ser una persona especial, con características especiales que la hacen diferente, y que toda la gente la quiere, la acepta y la respeta", dijo Mónica Aguilar, madre de la pequeña, a La Afición.

Mónica entendió que su hija necesitaba desarrollar sus destrezas con actividades específicas que le permitieran tener un mayor control motriz en sus extremidades. A los tres años, 'Bibi' y familia empezaron la búsqueda.

"Ella entró a la gimnasia para fortalecer sus músculos, para mejorar su motricidad, para desarrollar aspectos de su vida que no tenía descubiertos como era saltar, como era brincar en un pie, correr bien, como era dar unas marometas, que son esenciales en los niños chiquitos y así llega a la gimnasia, como una cuestión de formación, de desarrollo físico y cognitivo, que le ayuda en la cuestión de concentración", dijo Mónica.

Tras regresar a Coatzacoalcos, donde siempre han vivido, los padres de 'Bibi' decidieron inscribirla en actividades deportivas como terapia. Así pasaron por taekwondo y ballet, aunque nunca vieron convencida a la pequeña; además, enfrentaron el rechazo de sus profesores.

"Antes de eso (gimnasia), buscamos ballet, a María Bárbara no le gustó porque tenía pánico escénico, no le gustó, no se llevaba bien con la maestra. Quisimos llevarla a taekwondo, el maestro no se quiso hacer responsable. Pero de pronto entró a la gimnasia y conseguimos el apoyo de maestros, entrenadores, todo", comentó Humberto Wetzel, padre de 'Bibi'.

Nueve años después de que 'Bibi' vistió su primer leotardo, en la sala de su casa se exponen las medallas y trofeos que ha obtenido en diferentes competencias internacionales, como el Mundial de Gimnasia Down y los primeros Juegos de Trisomía; un ejemplo de vida digno de mostrar en este Día Mundial del Síndrome de Down.


Medallas de 'Bibi' obtenidas en el Mundial de Gimnasia y los primeros Juegos de Trisomía en Italia.


Trofeo de 'Bibi' en el Campeonato Mundial de Gimnasia de Síndrome de Down.

Un día en la vida de 'Bibi'

La familia Wetzel Aguilar abrió las puertas de su casa a La Afición para conocer a la gimnasta fuera de sus actividades rutinarias: en las vacaciones.

Poco antes del mediodía, 'Bibi' ya estaba en su primera sesión de entrenamiento, la cual, en época de competencias, puede ser de dos rondas, incluyendo domingos. Ahí, con la picardía natural que la caracteriza, nos contó su rutina y no desaprovechó el momento de compartir los logros que ha conquistado.

"Gané cinco medallas (en los Juegos de Trisomía), visité la Torre de Pisa, comí pizza con mi mamá y mi abuelita", contó con una sonrisa.

Después de salir del gimnasio Leona Vicario, la campeona mundial fue recompensada con una albercada en Balcones del Mar, donde reside con sus padres, lugar en el que no desperdició el tiempo y presumió sus cualidades físicas y mentales al realizar acrobacias en la piscina a lado de sus amigos e intentar armar el famoso cubo de Rubik: "Ármalo tú", ordenó a un amigo tras varios intentos de acomodar los colores del juguete en su respectivo lugar.

'Bibi' armando su cubo de Rubik.

Pocas cosas se le puede negar a alguien tan exitosa como 'Bibi', por ello todos accedieron a aventarse a la alberca con ropa cuando ella emocionada se los pedió, a pesar de que esta actividad está prohibida.

Así terminó nuestro primer día en las vacaciones de 'Bibi', que entusiasmada nos invitó a acompañarla la tarde siguiente a Las Barillas, que es una laguna ubicada en Coatzacoalcos, donde nuevamente mostró su inocencia con unos fans que la reconocieron: "¡Oigan! ¿no se quieren tomar una foto conmigo!".

La respuesta del grupo de jóvenes no se hizo esperar, inmediatamente descendieron de su automóvil para obtener un recuerdo de la ganadora de cinco preseas en los Juegos de Trisomía: "Felicidades, Bibi", repetían una y otra vez.

María Bárbara Wetzel tomándose fotos con sus fans.

Kumon

El estar de vacaciones no es motivo para que 'Bibi' descuide sus responsabilidades; por ello, una vez al día, durante todo el año, dedica tiempo para sus ejercicios de desarrollo mental.

La multimedallista realiza series de Kumon, que la ayudan a fortalecer sus habilidades cognitivas en cuestión matemática, lenguaje, comprensión de lectura en pruebas contra reloj. Eso sí, sus padres no son permisivos y exigen el máximo rendimiento de su hija.

Amor que traspasa fronteras

Los Juegos de Trisomía no fueron, en un principio, el 'cuento de hadas' que a simple vista parecieron para la gimnasta, pues su madre nos comentó que no contaban con el apoyo económico por parte del gobierno. Fue ahí donde apareció el cariño de la gente que, al conocer los deseos de 'Bibi', solventó el viaje a Italia.

"Cuando ella fue campeona todo el mundo la felicitó, la apoyó moralmente, y en estos Juegos de Trisomía, de inicio nosotros esperábamos el apoyo de las instituciones federales, se dificultó tal vez por falta de comunicación, pero al no ver nosotros que existía ese apoyo, emprendimos un reto, la sociedad realmente se volcó con 'Bibi', diciendo 'mereces ir, eres campeona mundial, te apoyamos y te vamos a ayudar a superar este gasto".

Fue tanto el apoyo que Mónica, mamá de 'Bibi', reconoció que tuvieron que rechazar algunas sumas de dinero puesto que la cuota para ir a Florencia se alcanzó rápidamente: "cumplimos el reto antes de que se terminara el tiempo para cumplirlo, al final tuvimos que devolver un montón de dinero, no devolverlo físicamente, sino no aceptarlo, porque ya habíamos cumplido el reto y seguía gente interesada en quererla apoyar".

Actualmente, María Bárbara estudia la secundaria y continúa participando en torneos donde hace gala de su invaluable talento.

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