El triunfo del sábado de los Texanos de Houston es histórico porque es la primera franquicia dueña del estadio donde se va a jugar el Super Bowl que llega hasta la Ronda Divisional de los playoffs, desde que la NFL aplicó un nuevo esquema para otorgar la sede del Súper Domingo, y al menos por una semana más mantendrá viva la esperanza de jugar como local en el juego por el título de la NFL.
Desde la temporada 2003 la Liga decidió rotar las sedes del Super Bowl disminuyendo los sitios que ya lo habían organizado (como Miami o Nueva Orleans) e incluyendo lugares donde hubiera estadio nuevo.
De esta forma, el juego se realizó en Houston, Jacksonville, Dallas, Indianápolis e incluso Nueva York, pero ni así se ha terminado con la maldición conocida como: Nadie juega el Super Bowl en su estadio.
Los números son claros, algo le pasa a las franquicias que saben que tienen esta oportudad. La marca de esos conjuntos desde 2003 es: 91-129.
Pero esta pesadilla es aún peor. De 2003 a 2015 solo uno de los organizadores calificó a playoffs.
Sí, solo uno. Texanos, Jaguares, Leones, Delfines (dos veces), Cardenales, Bucaneros, Vaqueros, Potros, Santos, Gigantes y Jets (el mismo año) tuvieron la oportunidad, pero vieron la postemporada desde su casa.
En 2014, los Cardenales de Arizona fueron los primeros en meterse a los playoffs y tener chance de jugar de local, pero poco les duró el sueño, ya que perdieron en la Ronda de Comodines.
Sin embargo, esta campaña los Texanos están más cerca de lo que han estado 12 conjuntos antes, ya que jugarán la Ronda Divisional el fin de semana.
¿Hasta dónde llegarán? Su segunda prueba en estos playoffs se llama Patriotas.
¿Por qué es una maldición?
Porque ser sede del SuperBowl ha acabado con buenas rachas.
Los casos más destacados son los de Indianápolis y Nueva Orleans. Los Potros tenían nueve campañas al hilo jugando en enero al llegar 2010, por lo que había muchas posibilidades de luchar por el pase al SuperBowl, pero Peyton Manning se lesionó y quedó fuera todo el año, lo que llevó al equipo a un patético récord de 2-14. No hubo Super Bowl para ellos.
Al año siguiente, la oportunidad la tuvieron los Santos, quienes con tres campañas consecutivas llegando a postemporada, con una máquina de hacer puntos en Drew Brees, eran sólidos contendientes. Pero vino la suspensión del head coach Sean Payton por el escándalo de dar incentivos por lastimar al rival y quedaron fuera con foja de 7-9.
¿Quiénes siguen?
Para que los Texanos hagan historia en estos playoffs tienen que ganarle a Patriotas como visitante y luego vencer al ganador del choque Kansas City-Pittsburgh. En caso de no conseguirlo (algo sumamente probable), vale la pena revisar qué equipos van a tener esta oportunidad en los próximos años.
Los siguientes Super Bowls se van a realizar en Minnesota (LII), Atlanta (LIII), Miami (LIV) e Inglewood (LV), con lo que la estafeta se irá pasando de los Vikingos, a los Halcones, a los Delfines y a los Carneros (y el otro equipo que se vaya a jugar a Los Ángeles), ¿alguno de ellos podrá jugar en casa el Super Bowl o la maldición seguirá sumando víctimas?