Se espera que el próximo domingo el Super Bowl sea visto por 189 millones de estadounidenses, según cálculos de NRF, una cifra similar a la del pasado año, como también lo es el gasto que realizarán las marcas en los anuncios que se emitirán durante los descansos y que se han convertido en un clásico de la publicidad.
Es por ello, que al ser consultados, los consumidores muestran diferentes opiniones por esta ‘pasarela’ de anuncios, cuyo coste para 2017 se calcula, según Kantar Media, entre los 5 y 5,5 millones de dólares por cada 30 segundos y que no parece importar a todos por igual.
De hecho, un 24 por ciento de la audiencia señala que los comerciales son la parte más importante del Super Bowl, mientras que un 43 por ciento considera que el juego es más importante.
La publicidad que se emite durante el evento, generalmente es considerada como un entretenimiento en si misma, como un 78 por ciento de los televidentes, según NFR (National Retail Federation), mientras que el 18 por ciento opina que los anuncios logran que se percaten de las marcas anunciantes, y un 10 por ciento opina que les influyen para comprar los productos que allí aparecen.
En el otro extremo, un 16 por ciento considera que los anunciantes deberían ahorrarse ese dinero y ofrecerlo en forma de descuentos a los consumidores y otro 10 por ciento considera que estos comerciales hacen que el juego sea demasiado largo; porcentajes considerables, pero que ante las cifras positivas, decantan la balanza a favor de la publicidad durante este evento deportivo, que ha llegado al punto de competir con el contenido… y para muchos ser más interesante que éste.