Con la presencia en México de dos de los cinco equipos de NFL más populares en el país, los locales Raiders de Oakland, y los Patriotas de Nueva Inglaterra, el ambiente estaba garantizado en el Estadio Azteca.
Desde temprano la gente aguardó a que se abrieran las puertas del Coloso de Santa Úrsula, con los disfraces habituales de los aficionados de los Malosos, mientras que entre los aficionados de los Patriotas, un personaje se repetía: la mayoría tenía un jersey con el apellido Brady, en honor a su quarterback.
Pero como ocurrió el año pasado con el duelo entre Raiders y Texanos, había aficionados de todos los equipos, de los Vaqueros de Dallas, los Acereros de Pittsburgh, los 49’s de San Francisco, los Delfines de Miami, los Cargadores de Los Ángeles y hasta de los Browns de Cleveland.
Al abrirse las puertas, las explanadas, los pasillos y las entradas se llenaron de inmediato y aparecía el grito de ‘Raiders’, en medio de los grupos musicales que daban la bienvenida al inmueble; la gente aprovechaba para tomarse fotografías, con el Azteca como fondo, con alguna imagen de Brady o de Derek Carr y con las edecanes.
El estadio se llenó poco a poco. Los primeros en saltar a la cancha fueron los integrantes de los equipos especiales de los Patriotas, encabezados por el pateador Stephen Gostkowski, para calentar, y aunque en los alrededores e incluso adentro la afición parecía dividida entre las dos escuadras, la mayor ovación se escucho cuando el mariscal de campo de Nueva Inglaterra salió a calentar, el grito de ‘Brady, Brady’ retumbó en el Azteca.
Uno de los mayores temores de la NFL en el regreso a México era la reacción del público con el himno estadunidense, pero no hubo de qué preocuparse, solo alguna persona lo abucheó, pero rápidamente fue silenciada por el resto y al terminar la interpretación se escuchó una gran ovación.
El himno de México, interpretado por Mijares, ofreció otro momento especial, con el público entregado.
Al comenzar el partido, no hubo grito de ‘eh puto’ para el pateador, situación que le preocupaba a la oficina de la Liga en México y que incluso se pidió evitar a través de las pantallas y el sonido del Azteca.
Pero bastó con que los Raiders se fueran abajo en el marcador, para que en la patada de salida Gostkowski sí recibiera el grito, que continuó para el pateador de despeje de los Pats, Ryan Allen, y luego de nuevo para Stephen. Aunque no se escuchó tan fuerte como el año anterior, fue imposible evitarlo.
Cerca del final del segundo cuarto apareció la ola, y en el medio tiempo llegó el momento más emotivo, con un homenaje a los rescatistas del sismo del 19 de septiembre.
Voluntarios formaron las palabras ‘Héroes’, ‘México’ y ‘Fuerza’, mientras en la cancha aparecieron miembros del Ejército, la Marina, la policía federal, los bomberos y la Cruz Roja, entre otras instituciones, además de deportistas como Ana Guevara, el kazajo Gennady Golovkin y Manuel Negrete.
Pero solo la ovación a la perrita Frida cuando apareció en las pantallas del inmueble, compitió con las que en todo momento recibió Brady.