Por PROF. Denis Dau Karam
Cuando nace un niño en un hogar, la fiesta familiar es a lo grande; cuando una nación llega por vez primera a un Mundial, la algarabía es imparable; cuando una persona pasa de los cien años de vida, llega a ser un abuelo insigne, como también resaltar los brillantes momentos del ciclista Richard Carapaz y la marchista Glenda Morejón; el posible cruce de amistad a darse de los presidentes Donald Trump y Kim Jong-un; la aparición de una nueva estrella en el fútbol, siendo Mohamed Salah; la idolatría de la afición mundial a Andrés Iniesta y, asimismo, pueden enumerarse tantas otras buenas nuevas.
Pero en el deporte se distingue una en especial, que se ha dado en el Ecuador y en el campo formativo del balompié.
¿Cuál es? El Interbarrial de Fútbol de Diario EL UNIVERSO, que nació en el país en 1982, con una posterior interrupción de cinco años, para retomar desde 1988 hasta el presente año los diversos torneos en donde han competido más de medio millón de jugadores; un programa de alta masificación futbolística, con referentes éticos, morales y educativos en cada versión jugada, que es ejemplo a nivel mundial por su credibilidad y aporte a clubes y selecciones del país.
No queremos extender más esta columna, solo enfatizar que la edición que se jugará en el presente año será la número 32, versión que recibirá en el 2018 a más de 25.000 ávidos soñadores del esférico, en un inigualable semillero que deja perplejos a los visitantes extranjeros por su organización, respeto y producción de jugadores.
Loas al fútbol infanto-juvenil, y para siempre… (O)