El destino ha servido sobre la mesa el clásico sudamericano, ese que provoca que los amantes del fútbol y de las rivalidades encarnizadas se les haga agua la boca: Brasil vs. Argentina. Un partido en el que se disputa mucho más que solo un pase a la final de la Copa América 2019.
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Está en juego el honor, la historia, la gloria y la posibilidad de que dos de las hinchadas más intensas se vean las caras una vez más, pero solo sea una la que 'cargue' a la otra después de 90 minutos que nos tendrán con el corazón en la boca. No hay término medio en este tipo se enfrentamientos, se toca el cielo o se desciende hasta el quinto círculo del infierno.
Serán Lionel Messi, Lautaro Martínez y Sergio Agüero frente a Everton, Firmino y Philippe Coutinho. Es la pasión exacerbada del barra brava del fútbol argentino contra la del torcedor, los cinco mundiales del ‘Scratch’ cara a cara con los dos de los albicelestes, y la clase y empuje del futbolista argentino contra la gambeta del brasileño.
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¡Hola #BeloHorizonte! 👋👋 pic.twitter.com/NvUwRUAU4M— Selección Argentina 🇦🇷 (@Argentina) 30 de junio de 2019
Sin embargo, quién diría que la vida se ha empecinado en que ambas escuadras reediten batallas titánicas en el Arena do Gremio o simplemente Mineirao, un estadio maldito para las dos selecciones. Para la Albiceleste enfrentarse a la Canarinha en el “Gigante da Pampulha” es sinónimo de sufrimiento con un balance histórico nada prometedor: cuatro derrotas y un solo empate.
Los números no están del lado de los argentinos. Nunca pudieron someter a su eterno rival sobre el césped del histórico feudo de Belo Horizonte. El último antecedente se dio el 10 de noviembre de 2016, en un partido por las eliminatorias para Rusia 2018. Con Tite ya con el buzo de Brasil, la superioridad de los locales fue contundente con un triunfo por 3-0 con goles de Coutinho, Neymar y Paulinho.
No le fue bien a Argentina jugando en el estadio Mineirao. (Foto: AP)
De los tres, hoy sólo está el atacante del Barcelona. Neymar fue desconvocado por lesión y Paulinho ni siquiera fue llamado para esta Copa América. Por Argentina, sí estuvo Messi, aunque aquella vez cumplió una de sus actuaciones más discretas con la camiseta albiceleste.
Los fantasmas del Minerao también atormentan a los brasileños, que aún tienen pesadillas pensando en el humillante 1-7 ante Alemania en las semifinales del Mundial de 2014. Se produjo un punto de quiebre el 8 de julio de 2014 en el país del fútbol. Desde entonces, la hinchada verde amarilla mira de reojo a su selección, la confianza ya no es total porque saben que la posibilidad de un nuevo batacazo siempre está latente.
El 7-1 recibido ante Alemania todavía está presente entre los brasileños. (Foto: AP)
La medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Río 2016 no borró de la memoria la paliza en manos de los teutones, y la eliminación en los cuartos de final en el Mundial de Rusia 2018 tuvo un sabor amargo. Por ahora Brasil no encuentra la forma de suturar aquella herida que sigue sangrando desde el 2014.
Ambas selecciones tendrán la posibilidad de reescribir la historias de penurias que les ha tocado vivir en el Mineirao. Uno de los dos por fin podrá sonreír en dicho escenario, mientras que el otro solo alargará su maldición.