La cabeza gira en torno al tema Neymar; mientras tanto, el Barcelona deberá debutar en la Liga Santander este viernes frente al Athletic Club en San Mames. Siendo el gran favorito a revalidad el título, es obvio señalar que los de Valverde parten con ventaja, pero el factor Messi y los últimos partidos en Bilbao hacen que la tarea no sea del todo sencilla.
El 0-0 de la última temporada seguro que será un dolor de cabeza para ‘Txingurri’, quien enfrentará a su exequipo en el estadio donde tantas veces fue feliz. Si quiere ganar el partido tiene que estar fino en el juego posicional ante un cuadro vizcaíno que, reconociendo la mano de su entrenador Gaizka Garitano, moldeará su planteamiento entre una presión adelanta y un repliegue bajo.
Y es que desde que el entrenador vasco asumió el primer equipo de los bilbaínos, el Athletic no ha perdido en Liga en condición de local (ocho triunfos y cuatro empates). A eso se puede sumar que ha mantenido el cero en su arco el 50% de dichos partidos (6), uno de ellos, como ya señalamos en el párrafo anterior, ante el Barcelona.
La plaza ubicada en el norte de España siempre ha sido complicada para el conjunto culé y las razones se deben al estilo de juego de los vascos. Intensidad, juego físico y disminución de los espacios hacen que los rivales tengan un dolor de cabeza para poder penetrar la defensa que actualmente es uno de los puntos más fuerte del cuadro rojiblanco.
Porque, si la presión es una arma de la casa del Athletic, la rapidez y ubicación de Yeray e Iñigo Martínez permite que lo primero se desarrolle con efectividad. Buenos anticipos, juego aéreo y velocidad para no perder la espalda hacen que Griezmann y compañía no la tenga tan fácil si buscan el juego directo y al espacio.
Pero así como tienen puntos altos, los vascos también tienen su talón de Aquiles. En la última temporada sufrieron mucho en el doble pivote –ahora conformado por Dani García y Unai López–, debido a que estos perdían muy rápido la espalda y no estaban del todo firmes en el retroceso. En la pretemporada; sin embargo, se vio una mejora en dicho aspecto, algo que no quita que el Barcelona pueda encontrar ventajas, sobre todo con De Jong y Griezmann, en esa zona del campo.
Ponerse en ventaja
Aunque sea visitante, no sería nada raro que el Barcelona se adelante en el marcador por el nivel de la plantilla. De ser así, los culés podrán incomodar a su rival no solo por el resultado, sino también por obligarlo a hacer algo en lo cual no se siente del todo cómodo.
Siendo un equipo de juego directo, al Athletic le cuesta mucho atacar a defensas cerradas. El 4-2-3-1 que suele utilizar Garitano tiene jugadores de características más físicas que técnicas y, conociendo a Valverde, puede plantear un bloque sólido en zona media y complicarle la vida a los vascos, que dependen mucho de lo que haga Iker Muniain en tres cuartos.
Iker Muniaín es el capitán del Athletic Club. (Getty Images)
Si la conexión con el ‘10’ de los leones no se da, los locales perderán mucho en ataque. Pero ojo, que si el Barca quiere dejar mucho espacio a su espalda, tendrá que tener mucho cuidado con la velocidad de Iñaki Williams, quien desde la última temporada se convirtió en la carta gol de los rojiblancos y que con espacios hace mucho daño.
El partido, a priori, parece que será parejo. Dos bloques que ya se conocen, que presionan alto y que no ceden muchos espacios al rival se sacarán ventaja por el nivel individual que tenga sus intérpretes. En ese acápite, como es obvio, el Barcelona saca ventaja y por eso las casas de apuestas lo sitúan como el principal favorito, aunque no esté Messi.
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