Es la primera vez que el Granada está sin entrenador a estas alturas del verano. A poco más de dos semanas para zarpar en una nueva pretemporada, el barco sigue sin capitán y con la tripulación patas arriba. Y eso nunca fue así. El año que más tarde se conoció el nombre del inquilino del banquillo rojiblanco fue en 2012 porque Anquela estaba dirigiendo al Alcorcón en la fase de ascenso a Primera y hasta que no cayó eliminado no se anunció su fichaje, que en realidad llevaba tiempo apalabrado y estaba cantado. Anquela fue nombrado entrenador del Granada el 20 de junio de 2012, retrasado sin duda por aquellas circunstancias especiales. Un año después fue Lucas Alcaraz el que estaba llamado a repetir en el banquillo después de haber suplido a Anquela mediada la temporada y logrado el objetivo de la permanencia. Apenas dos semanas después del final del campeonato, Cordero certificó la continuidad del granadino. Fue el 11 de junio de 2013.
Trascurrió toda la temporada 13-14 sin cese –la única sin cambios en el banquillo de las cuatro en Primera-, Alcaraz cumplió y se despidió tras una nueva permanencia dando paso a la efímera etapa comandada por Joaquín Caparrós, que fue proclamado monarca rojiblanco el 28 de mayo de 2014. Este verano, de momento, después de pasado un mes desde la finalización de la Liga se sigue esperando la confirmación del cuerpo técnico que dirigirá al Granada durante la próxima campaña con el agravante de que las entradas y salidas de jugadores en el club tampoco se suceden al ritmo del resto de contrincantes. En la primera aventura tras el ascenso, Fabri fue ratificado como técnico el 29 de junio de 2011 pero en aquella ocasión la tardanza era obligatoria porque apenas pasaron 11 días de la gesta del Martínez Valero de Elche.