Pepe, tú debutas con Municipal en 1987, pero en una posición que quizás muchos no saben… ¿Lo hiciste de arquero?
Yo debute un 7 de junio de 1987 jugando de extremo por derecha contra el Octavio Espinoza de Ica. Pero yo antes estuve sin ir a entrenar tres meses a los infantiles de Municipal, y aquí se da el dato curioso. No iba el arquero y me habían dado una última oportunidad para quedarme en las menores y entonces de castigo me pusieron a tapar. Ganamos. Pero debuté de extremo en un 4-3-3. También jugué de lateral derecho, volante de contención, que era mi posición natural.
Aunque te formaste en ‘Muni’, junto con tu hermano Jorge ¿siempre fuiste hincha de Alianza?
Siempre, toda la vida. Yo y mi familia vivíamos al frente del estadio de Matute, en La Victoria, justo frente a la tribuna sur. Yo siempre entraba al estadio en la segundilla, el momento cuando se iban los boleteros, y ya todo el mundo podía entrar gratis. Es más, cuando jugaba en Municipal siempre iba a sur para ver a Alianza. Siempre fui hincha de Alianza.
Creciste en La Victoria y tu familia es bastante ligada al Señor de los Milagros, ¿por ahí viene tu amor por la blanquiazul?
Mi papá es el mayordomo general de la hermandad del Señor de los Milagros, pero es recontra hincha de la ‘U’. Mi mamá también es fanática de la ‘U’. Lo de Alianza por mi parte viene por lo de mi abuelo, él me hizo hincha de Alianza. Más pudo la camiseta blanquiazul que la crema. Soy hincha de Alianza desde que tengo uso de razón.
Llegas a Alianza Lima en 1993, donde te consolidas y te metes en el corazón del hincha. Luego te vas a Sporting Cristal en 1995, aquel fue un traspaso bastante polémico para la época...
Cuando paso de Municipal a Alianza me pasó una situación dura porque tenía que reemplazar a uno de los referentes, como era Juan Reynoso. Gracias a Dios en base a mi juego, mi entrega, pude ocupar la posición de un jugador de gran categoría como lo era Juan. Ya para 1993 y 1994 el hincha se había encariñado conmigo. De allí se dio mi pase a Sporting Cristal. En ese momento, Cristal era el techo para todos los futbolistas peruanos sobre todo por el tema económico. Se me dio esa posibilidad y después la historia es conocida. Pero no me arrepiento de haber llegado a Cristal porque me abrió las puertas de jugar en el extranjero y me dio la chance de mi primer título nacional. Jorge ya estaba en Cristal, y cada uno hizo su camino distinto.
Luego de tu paso por México, e idas y vueltas en el fútbol peruano, ¿cómo llegas a Alianza en 2001, el año del centenario?
A finales del 2000 sufro una lesión complicada a la rodilla. Me operaron, yo no sabía dónde iba a ir. La gente de Alianza no sabía cómo iba a quedar, pero igual hicieron las negociaciones con mi esposa, mientras yo estaba en la sala de operaciones (risas). Ya se sabía que el técnico iba a ser Paulo Autuori, y él me llama saliendo de la sala de operaciones y me dice que iba a ser uno de los referentes.
¿Te sientes un privilegiado por ganar el título en una fecha tan especial?
Somos el único equipo campeón en el año de su centenario, y uno de los pocos en todo el mundo. Todos los que estuvimos en ese momento fuimos unos privilegiados, y siempre doy gracias a Dios porque me puso en Alianza en el momento justo.
Le ganaste dos finales nacionales (2003 y 2004) a tu hermano Jorge, ídolo también de Sporting Cristal, ¿cómo vivían la previa en la familia?
No nos hablábamos previo a las finales. Luego de esos partidos siempre recuerdo que le decía a Jorge: “que rico es campeonar”, y él se comenzaba a ‘picar’ (risas).
Muchos jugadores que no son hinchas de Alianza, pero pasaron por el club, siempre dicen que el vestuario ‘grone’ tiene una mística especial…
Yo te lo digo así. Los jugadores que no son de Alianza, pero pasaron por el club, siempre quieren volver. En mi época de jugador, a veces la gente nos catalogaba como un camarín ‘argollero’, difícil, complicado. Pero si es así, ¿por qué todos siempre querían volver? Alianza es intimidad, es familia, unión, eso sobresale en el camarín de Alianza.
¿Quién comandaba ese vestuario con todos los ‘pesos pesados’ que había en tu época?
Yo era más de hablar, más directo, Waldir (Sáenz) no tanto. (Juan) Jayo solo levantaba la ceja y con la mirada el resto ya sabía lo que él quería. Después llegaron (Marko) Ciurlizza, (Gustavo) Roverano, quienes eran líderes de sus equipos. El ‘Pato’ Quinteros también salió. Uno a veces dicen que cuando hay muchos líderes, el equipo no funciona, pero Alianza funcionó. Éramos hermanos.
¿Es verdad que les metías hartos correctivos a los más ‘chibolos’?
Ellos mismos lo dicen. El ‘Viejo Pepe’ nos educó, claro que les metía palo, pero todos hoy en día están contentos conmigo. Jefferson (Farfán), Rinaldo (Cruzado), (Junior) Viza, ‘Wally’ (Sánchez), (Henry) Quinteros, (Marko) Ciurlizza, siempre me dicen: “tú y Jayo nos criaron”. Cuando había que poner mano dura se ponía, y cuando nos soltábamos, nos soltábamos. Pero a la hora de defenderlos siempre los más grandes estábamos allí para ellos.
Tú viste crecer a Jefferson y Paolo en las menores de Alianza, ¿siempre les tuviste fe?
Desde el primer día que vi a Paolo y Jefferson ya sabía que iban a ser unos cracks, y recuerdo que dije: “a estos hay que cuidarlos”. Jefferson tuvo un proceso más largo en Alianza, Paolo jugó casi nada, solo una Copa Gráfico. En cambio, ‘Jeffry’ sí fue clave en los títulos nacionales del 2003 y 2004. Pero desde los 15 años ya se notaban que tenían pasta de cracks.
Así como Jefferson o Paolo, ¿qué otros que destacas?
En realidad la mayoría de la categoría 84 llegó a debutar en Alianza. Hablo de Carlos Fernández, Rinaldo, Viza, ‘Wally’, Exar Rosales, Jair Céspedes, de esa generación la verdad que salieron muy buenos jugadores. De los más antiguos que vi, ya están ‘Loverita’ Ramírez, Roberto Holsen, todos fueron creciendo conmigo y se acostumbraron a ganar. Recuerda que en esa época, Alianza era el campeón de la década.
Fuiste compañero de Guillermo Salas durante varios años, ¿te da gusto que alguien de la casa tome las riendas del equipo?
Feliz de la vida con ‘Chicho’. Porque le están saliendo bien las cosas. El año pasado agarró un fierro caliente, el equipo venía mal, y él asumió en un momento complicado. Al final dio sus frutos con el título nacional, el sueño de todo técnico. Converso mucho con él, veo los entrenamientos. Como le digo a él, yo soy feliz mientras a ti te vaya bien. Si te va mal, yo seré el primero en levantarte. Él está trabajando para Alianza, y el club está bien institucionalmente. Las cosas se dan mucho más fácil.
En su época de jugador ya se le notaba el gusto a ‘Chicho’ por ser técnico…
No, para nada. A los únicos que le picaba el ‘bichito’ era a mí y a Jayo. Después ninguno. Yo conversaba mucho con Autuori, y me decía tú tienes pasta para ser técnico. A ‘Chicho’ empezó a gustarle en 2009, por allí. Pero Chicho no daba ningún indicio de ser técnico, pero la verdad que le va muy bien.
¿Qué amigos te dejó Alianza en tu paso por el club?
Yo tengo hermanos en Alianza. Ellos saben quiénes son. Siempre frecuentamos. Pero no te puedo nombrar a uno porque se ponen celosos (risas). Juan Jayo es mi compadre, es padrino de mi hija y yo de su hijo. Tengo un millón de amigos como dice el cantante Roberto Carlos.
¿Te gusta el Alianza que se formó para este 2023?
Creo que ante Sport Boys el equipo estuvo ansioso. Pero era entendible. Porque tú te preparas para jugar, te mentalizas para el domingo. Luego entrenas y te dicen el jueves que no se jugará. Eso desgasta anímicamente, psicológicamente fastidia. Y a la hora que llega el partido entonces te da ansiedad. Alianza tiene buenos jugadores. A medida que pase el tiempo irá mejorando.
¿Cuánto aportará Carlos Zambrano a esta versión de Alianza?
Todos sabemos de la calidad de Carlos. Él jugó en grandes ligas, como Alemania y Rusia. En la más difícil de Sudamérica, como la Argentina, y en el equipo más complicado como Boca Juniors. Yo creo que va a ayudar mucho a Alianza, sobre todo a los más jóvenes.
¿Te gustaría que llegue Christian Cueva?
Uno de rumores no puede vivir, cuando se concrete lo de Cueva se hablará. No sabemos lo que pueda pasar, tiene un problema con Santos, Pachuca. Lo que sí está claro es que el ‘Enano’ indiscutiblemente es un gran jugador, gran persona, uno de los mejores jugadores que pasó por la selección para mi gusto.
¿Esperas tu revancha como DT en Alianza?
A todos nos gustaría dirigir a Alianza. No sé si llegará el momento, pero uno igual tiene que estar preparado. Me actualizo, porque ahora todo es tecnología, todos los días aprendes algo nuevo. Así que esperaremos con tranquilidad. Por ahora, estoy enfocado en Santos FC de cara al inicio de la Liga 2.
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