Durante los años 80, las dietas hiperproteicas cobraron fuerza como un nuevo método para adelgazar, aunque rápidamente hubo controversia por las pocas garantías que generaba en la salud. Pese a esto, nuevamente muchos los están empleando sin saber que existen diferentes modalidades pero bastante similares. Este plan alimenticio prometen bajar de peso de forma rápida y sin pasar hambre, pero ¿son realmente efectivas y seguras?
La dieta hiperproteica consiste en una alimentación basada en una elevada ingesta de proteínas, reduciendo además el aporte de carbohidratos y grasas al organismo. El plan alimenticio tendría como finalidad el aumento del consumo de carnes magras, pescados, algunas menestras y huevos, prohibiendo comer alimentos que contienen carbohidrato, como la pasta, el arroz o el pan.
La finalidad de esta dieta que tu ingesta diaria tenga una gran cantidad de proteína, por ejemplo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) aconseja un consumo de 0,83 g/kg por peso/día para adultos sanos y otros autores han consensuado una IDR de 1,0 a 1,2 g/kg por peso/día.
Existen diferentes modalidades, aunque todas bastante parecidas, desde la dieta Scarsdale, Atkins o hasta la Dieta Dukan, siendo esta última la más conocida. Este plan alimenticio busca incrementar el metabolismo ayudando a quemar más calorías y, la ausencia de carbohidratos en la alimentación, generaría que el organismo utilice sus fuentes de grasa para producir energía.
Dieta hiperproteica: ¿Cómo se desarrolla?
Como se sabe, esta dieta es muy estricta y carece de nutrientes que el cuerpo necesita para su día a día. Para muchas personas no es sostenible y llegan a presentar complicaciones en su salud y la recuperación del peso perdido en poco tiempo. Asimismo, la OMS y otros entes de la salud no la aconsejan seguir por las complicaciones que puede generar.
En este caso hablaremos sobre la dieta de proteínas más conocida: La Dukan. Este plan alimenticio consta en 4 fases que cada uno tienen objetivos distintos pero con un mismo resultado: pérdida de peso. Asimismo, lo recomendable siempre será pasar por la supervisión de un especialista de salud para que te brinde una dieta adecuada a tu organismo.
Primera fase
Ofrece resultados inmediatos, dura de 2 a 7 días y promete resultados de pérdida de peso de 1,5 a 4 Kg. Solo podrás comer 72 alimentos ricos en proteínas y 1,5 cucharadas de salvado de avena al día. También se aconseja realizar 20 minutos de actividad física al día.
Segunda fase
Tendrás que comer 72 alimentos ricos en proteínas y se le suman 28 verduras. Se combinan días en los que solo se ingiere proteína con días en que se toma proteína con verduras, más 2 cucharadas de salvado de avena al día. Es necesario realizar 30 minutos de actividad física al día. La pérdida de peso prometido es de 1 Kg a la semana de promedio, y es el propio paciente quien decide durante cuánto tiempo desea hacerla. Por cada Kg que desee perder debe realizar esta fase 7 días, es decir, que si debe perder 20 Kg, realizaría esta dieta 140 semanas.
Tercera fase
Se propone esta fase como la de consolidación con la idea de evitar el efecto rebote. La duración es de 10 días por cada Kg perdido, y se reintroducen alimentos como los cereales, la patata, la fruta y comidas libres, manteniendo los jueves una ingesta exclusiva de proteína. Se aconseja realizar 25 minutos de actividad física al día.
Cuarta fase
Es la última fase y se proponen tres acciones para estabilizar el peso durante toda la vida, ya que, si no es así, no se podrá mantener el peso perdido. Las acciones son:Tomar 3 cucharadas de salvado de avena al día. Andar 20 minutos al día. Mantener los jueves una ingesta exclusiva de proteína.
Riesgos de las dietas proteicas
Según estudios de la Organización Mundial de la Salud (OMS), indicó que una dieta equilibrada debe estar compuesta por 15% de proteínas, 55% de carbohidratos y un 30% de grasas. Sin embargo, la dieta hiperproteica, reformula estos parámetros, recomendando 43% de proteínas, 22,5% de grasas y 34,5% de carbohidratos. La diferencia es considerable y aquí está la base de los riesgos de este plan alimenticio.
Al realizar esta dieta, tu organismo utilizará las grasas almacenadas en lugar de la glucosa que aportan los carbohidratos, como combustible, lo que incrementará la acidez de la sangre. Y hay que tener cuidado, porque esta es una de las principales causas por las que puede generar complicaciones graves para la salud, como padecer la enfermedad gota.
Aunque consigue reducir el peso en poco tiempo, puede implicar ciertos riesgos graves para la salud:
- Déficit de vitaminas y minerales.
- Dolor de cabeza y problemas de sueño.
- Cansancio y mareos por la falta de nutrientes.
- Desnutrición proteica.
- Favorecer que se produzcan trastornos de la conducta alimentaria entre muchas consecuencias.
Además, los peligros de este tipo de dieta se relacionan con graves riesgos a nivel renal o cardiovascular, incluso pudiendo llegar a provocar ciertos tumores en la zona intestinal o el aparato digestivo. La Agencia Francesa para la Seguridad Alimentaria, del Medio Ambiente y Ocupacional considera que esta dieta puede comportar desequilibrios nutricionales y poner en riesgo la salud por la probabilidad de padecer alteraciones somáticas, psicológicas, hormonales, de crecimiento o de rendimiento.