El spot de Gareca, salido de la invención de un publicista-hincha justo antes del debut, reafirma su condición de sombra. Estará ahí por 3 años o los que dure Reynoso en la selección. Puede ni vivir aquí, pero el garequismo existe, respira y de tanto en tanto, aparece. Los dos quintos puestos en las últimas dos eliminatorias hicieron de Gareca un personaje muy próximo, casi nacional. Ocho de cada diez peruanos lo querían en el cargo. Nueve de diez lo consideran el mejor seleccionador que hemos tenido en este siglo. En contraste, Reynoso es percibido -más por la tribuna que por el camerín- como un entrenador a la mexicana.
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