Lo dicho por Gareca todavía resuena en la mente. “Acepto este desafío, me siento muy feliz sabiendo que nos espera una tarea dura, difícil, complicada, no imposible de ninguna manera, no hay nada imposible cuando uno está unido, cuando tiene el objetivo claro, cuando tiene por sobre todas las cosas, me ha llevado a aceptar esta decisión: creer en el jugador peruano. Yo creo, estoy sentado aquí y acepté el cargo de la selección”, expresó el ‘Tigre’ el día de su presentación. Y ese discurso marcó un antes y un después, porque acercó la selección al futbolista del torneo local.
Si antes la creencia era que para jugar en la bicolor había que irse al extranjero, con Gareca el mensaje cambió. El argentino le dio valor al jugador del torneo local, lo hizo partícipe de la selección y hasta echó mano de él durante su etapa como entrenador. La Copa América Centenario fue la prueba irrefutable de ello, porque se jugó en su mayoría con futbolistas del campeonato doméstico. De los 23 convocados para ese certamen, 17 jugaban en la Liga 1 y se demostró que podíamos competir. Es cierto que no todos estuvieron hasta el final del ciclo Gareca, pero muchos de ellos se potenciaron bajo su cargo. Entonces, ¿por qué quitarle valor a algo que sí funciona?
Gareca no fue un mago ni mucho menos un genio, pero algo hizo bien para recortar esa brecha entre aquel que viene del exterior y aquel que juega en la Liga 1. Hubo competencia entre los jugadores y quien más se benefició fue la selección, porque ya había un universo de dónde escoger para las Eliminatorias. Es mentira que con Ricardo todos nuestros problemas se solucionaron, pero sí logró armar una isla dentro de ese mar de dificultades. El ‘Tigre’ abrió las puertas de la selección y el futbolista peruano fue invitado a pasar. Y allí dentro, dependía de él mantenerse al nivel requerido para ganarse un lugar en el equipo. No fue perfecto, pero sí una manera de cambiar la mentalidad.
En cambio, el discurso de Reynoso está al otro extremo, quizá arropado por la sinceridad del actual entrenador, pero que no termina de sacudirse de la polémica. Si jugadores como Zanelatto, Reyna o Concha no están para disputar 60′ y son convocados a la selección, ¿cómo está el resto que milita en la Liga 1? El mensaje entrelíneas que ofrece Reynoso es preocupante, porque habla de un técnico que intenta excusarse del mal momento en un tercero, cuando ya quedó demostrado que sí es posible competir con las armas que tenemos en el torneo local.
Desde la Copa América Centenario hasta hoy pasaron poco más de siete años y nuestra Liga 1 sigue siendo la misma. No exportamos jugadores, no ganamos torneos internacionales y nos cuesta sacar nuevos talentos para la selección. Y en ese lapso fuimos a un Mundial y estuvimos cerca de ir a otro. Gareca echó mano de la Liga 1 y Reynoso hace lo mismo. La diferencia está en el mensaje que cada uno da. Ricardo le dio valor al jugador del torneo local y Juan lo expuso ante la crítica, intentando mostrar una realidad que también existía en los tiempos del ‘Tigre’. Pero siempre es mejor hacer que excusarse. Y eso Reynoso lo debe entender.
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