Esta temporada que comienza en LaLiga EA Sports, la Primera división, nacional es especial para el fútbol catalán, y es que éste vuelve a contar con tres equipos en la máxima categoría. El ascenso del Espanyol le permite sumarse a FC Barcelona y Girona FC, dos equipos con los que mantiene una fuerte rivalidad, tradicional y forjada desde los albores de su creación con los azulgrana, y mucho más nueva pero igualmente potente con los ‘gironins’ desde que estos han irrumpido con descaro en Primera. El escenario que se encuentra el Espanyol pero es algo diferente al que dejó hace un año, cuando perdió la categoría y hubo de pasar un año en el infierno de LaLiga Hypermotion: el FC Barcelona sigue ostentando la hegemonía del fútbol catalán, aunque el pasado curso la vio peligrar a nivel deportivo por la excelente temporada de los de Michel, que durante muchas jornadas encabezaron la tabla y que pese a no ser capaces de aguantar el tirón hasta final de año, lograron certificar una histórica clasificación para la Champions League. El Girona ha dado un evidente paso adelante a nivel deportivo e institucional, pasando a ser conocido a nivel europeo por su buen año pasado en que se convirtió en el equipo revelación. Ahora, sin embargo, tienen un complicado reto por delante, satisfacer unas expectativas que son muy altas y saber gestionar el hecho de participar por primera vez en tres competiciones, una de ellas tan sumamente exigente como la Champions. Míchel, verdadero artífice junto con Quique Cárcel del milagro del Girona, se ha mostrado muy prudente tras una muy mala pretemporada y no ha dudado en asegurar que la permanencia es la prioridad. Con bajas sensibles como Dovbyk, Aleix Garcia, Couto, Savinho y Eric Garcia, su reto es no bajar prestaciones e intentar igualar lo hecho la 2023-24. Para ello ha realizado incorporaciones de gran nivel, invirtiendo un total de 29 millones de euros en el mercado de fichajes de verano. Entre los nuevos refuerzos destacan Abel Ruiz, procedente del SC Braga, por 9 millones de euros; Alejandro Francés, proveniente del Real Zaragoza, por 3,50 millones de euros; Bojan Miovski, fichado del Aberdeen FC, por 8 millones de euros; Donny van de Beek, llegado del Manchester United, por 500 mil euros; Ladislav Krejci, proveniente del AC Sparta Praga, por 8 millones de euros; y el ex perico Pau López, que llega cedido por el Olympique de Marsella.
Por lo que respecta al FC Barcelona, tras pasar un año en blanco con Xavi Hernández en el banquillo, comienzan una nueva etapa al mando de Hansi Flick. El objetivo, recuperar el estilo de juego que tantos triunfos les dio hace unos años y mejorar los mediocres resultados de las últimas temporadas. Lejos aquellos tiempos en que podían acceder sin problemas a cualquier objetivo de mercado que se marcasen, siguen ahogados por la enorme deuda y el límite salarial, que tienen excedido. Su situación no es tan hegemónica como hace unos años, como demuestra el hecho que el Girona estuviese por delante lo ellos durante buena parte del pasado curso. De momento el club azulgrana ha invertido 57,7 millones de euros en el mercado de traspasos, con las incorporaciones de Dani Olmo por 55 millones y Pau Víctor por 2,70 millones.
Una de las lamentaciones que hace la afición perica es que la mala situación a nivel estructural del FC Barcelona no la haya podido aprovechar el RCD Espanyol, que lleva un lustro a la deriva, con una situación financiera delicada y dos descensos en su haber. Amenazada su segunda posición en el imaginario podio del fútbol catalán por este emergente Girona, pese a que por historia y afición está muy por delante de los de Montilivi, bien habría de intentar elevar su listón aspiracional si no quiere quedar rezagado en esta competición virtual a nivel cuatribarrado. Aunque la ilusión de la afición es que este año se pueda aspirar a cotas más altas, el objetivo prioritario, como se insiste desde el mismo club, es la permanencia. Lo visto en pretemporada a la espera de completar la plantilla antes del día 30 de agosto no permite de momento ser excesivamente optimistas, y costará sangre, sudor y lágrimas lograr superar el reto con éxito.