02/09/2024

¿Amor a la camiseta o trampolín a la fama?: El caso Carrillo y por qué jugar por la selección es un honor pero también un buen negocio

Hoy, 12:10 am

¿Amor a la camiseta o trampolín a la fama?: El caso Carrillo y por qué jugar por la selección es un honor pero también un buen negocio

Una habitual convocatoria a la selección cobra mayor relevancia en jugadores que no alcanzan la élite, pero sí la posibilidad de lograr un estatus con muchos beneficios. Una mirada al negocio del fútbol a través de cinco especialistas en el rubro, a propósito del millonario casi Carrillo en Arabia.

Una habitual convocatoria a la selección cobra mayor relevancia en jugadores que no alcanzan la élite, pero sí la posibilidad de lograr un estatus con muchos beneficios. Una mirada al negocio del fútbol a través de cinco especialistas en el rubro, a propósito del millonario casi Carrillo en Arabia.

De lo segundo, Gianluca Lapadula es un inmejorable ejemplo. Un italiano que puede pasearse por Cagliari sin temor a ser reconocido, pero que como peruano en Lima corre el riesgo de ser apabullado por una multitud de fanáticos si se atreve a cruzar la calle.

Trasladado esto a la realidad local, ser un usual convocado a la selección peruana genera evidentes beneficios para un futbolista, especialmente para uno que proviene de una liga como la nuestra, que internacionalmente es poco valorada y que no necesariamente encuentra arraigo en las ligas más competitivas del mundo; tal como es el caso del peruano André Carrillo, quien recientemente quedó desligado del Al Qadisiyah de la Segunda División de Arabia Saudita y quedó como jugador libre y con un futuro incierto a los 33 años. ¿Pero a qué viene este sesudo análisis y por qué amerita hacer una revisión sobre las ventajas deportivas y comerciales que un futbolista adquiere por alcanzar el estatus de habitual seleccionable?

  • Los picos de cotización de Carrillo según Transfermarkt
Valores Edad Club País Año Valor
Valor Máximo 24 Sporting Lisboa Portugal 2015 12 millones
Valor Mínimo 33 Al-Qadsiah FC Arabia 2011 1.50 millones

El amor a la camiseta

“Yo tengo un mes de vacaciones al año, pero -por venir a la selección peruana- se corta a dos semanas ¿y encima tengo que aguantar a la gente que no quiere que salga?”, se cuestiona André Carrillo sin pelos en la lengua, en un programa de Youtube conducido por el exfutbolista Percy Olivares.

Carrillo, que había sido duramente criticado por su bajo rendimiento en la reciente Copa América y que finalizado el torneo volvió a ser censurado públicamente por irse a festejar a una discoteca a pocos días de la peor participación de Perú en los últimos 29 años; se siente demasiado en confianza y por momentos parece olvidar que lo que dice tendrá un efecto rebote y demoledor en los medios. O quizá, no le importa. Entonces, ante las sucesivas repreguntas sobre su vida personal y su cuestionado nivel deportivo en los últimos años, el extremo no amaga como en sus mejores tiempos y a los 33 años decide ser franco y directo: “¡Yo hago lo que quiero! Y a mí me encanta salir de fiesta. Además, en la selección peruana no nos pagan, uno viene por amor”.

La frase es contundente y hasta heroica; pero sobre todo relevante por quien la dice. El futbolista, el ídolo multitudinario, quien anotó el primer gol de una selección peruana en un Mundial luego de 36 años, uno de los jugadores peruanos más talentosos y mejor cotizados de este siglo, abrevia en palabras el sacrificio que hizo por jugar en la selección peruana y que, aparentemente, lo libera de cuestionamientos. Para entender mejor cuánto de cierto hay en la frase de André Carrillo y cuánto otro ocultan estás palabras, conversamos con tres especialistas en la materia: Sergio Villavicencio, director de la agencia Media & PR Service; Victor Zaferson, reconocido scout peruano y también con Luis Carrillo Pinto, experto en deportes y negocios.


ANÁLISIS
Antonio Pérez, director de la agencia de representación Foma Sports, y su análisis sobre lo que significa ser habitual convocado a una selección para un futbolista.

Visibilidad y Reconocimiento: Jugar en la selección adulta brinda una visibilidad única. Los partidos de la selección, ya sea en eliminatorias o en competiciones internacionales como la Copa América, atraen la atención de medios de comunicación, aficionados y patrocinadores. Esta exposición no solo ayuda a consolidar la imagen del jugador, sino que también puede abrirle puertas a nuevas oportunidades, tanto dentro como fuera del campo.

Incremento en el Valor de Mercado: La participación en la selección nacional puede resultar en un incremento significativo en el valor de mercado de un jugador peruano. Los clubes buscan futbolistas que hayan demostrado su capacidad en el escenario internacional, y esto puede traducirse en transferencias a cifras más altas. Para un futbolista peruano, esto no solo significa mejores oportunidades a nivel local sino también en el extranjero.

Mejora del Estatus en Mercados Específicos: Existen mercados que valoran la experiencia internacional, y muchos clubes exigen un número determinado de partidos con la selección para firmar contratos o patrocinios. Para un futbolista peruano, esto puede ser crucial, ya que tener una trayectoria con la selección puede hacer que sea más atractivo para clubes en ligas competitivas de Europa y América Latina; sumando el hecho de que el futbolista peruano no cuenta con pasaporte comunitario. Los casos son contados.

Mayor Capacidad de Negociación: Un futbolista que ha defendido la camiseta de la selección peruana tiene una mayor capacidad de negociación en sus contratos. La experiencia internacional y el reconocimiento que conlleva pueden posicionar al jugador en una mejor situación para discutir salarios y condiciones, tanto en el ámbito deportivo como en el comercial. Esto es especialmente importante en un contexto donde el fútbol en Perú está en constante crecimiento y evolución, y eso lo vemos en los puestos que ha tenido Perú en las últimas Copas de América; sin contar la última.

Antonio Pérez, director de la agencia de representación Foma Sports, y su análisis sobre lo que significa ser habitual convocado a una selección para un futbolista.


El caso Carrillo

El fútbol, en mayor escala a muchos de otros deportes, se sostiene en lo emocional. Se mueve por la pasión. De ahí que suele ser común apelar al amateurismo cuando la explicación razonable implica más tiempo y mejor entendimiento. Dicho de manera más sencilla, recurrir a términos como “por amor a la camiseta” son propicios para resumir todo un modelo de negocio del que no necesariamente tiene conocimiento el hincha de pie, que irónicamente resulta siendo la piedra angular de este lucrativo deporte.

“[Lo que dice] es mentira, jugar por la selección peruana le favorece, si ha podido llegar al extranjero y firmar grandes contratos, ha sido mucho por la selección. Ha sido malagradecido, lo de Carrillo fue pésimo, ahora que ya consiguió todo, se ha olvidado de todo lo que le dio la selección”, señala Luis Carrillo Pinto sobre las recientes declaraciones de la ‘Culebra’.

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Zaferson por otra parte, teoriza sobre las declaraciones de Carrillo y postula una elección que entiende razonable. Agrega además que parte del problema es la Federación Peruana de Fútbol, que al no encontrar variantes a tiempo, de alguna manera generan la insistencia con un mismo jugador. “André Carrillo, luego de jugar en Portugal e Inglaterra, priorizó ir a una liga en la cual gana más dinero, se siente cómodo, ganó títulos y juega siempre. En las otras no tuvo esa oportunidad. Él mismo dijo alguna vez que se considera un buen jugador, pero no está al nivel de Pizarro, Guerreo o Farfán. Priorizó estar cómodo en un lugar donde juega siempre. Hay muchos jugadores que hacen eso. El problema no es él, el problema es que en la FPF nadie se preocupó por buscarle reemplazos. Los seleccionadores creyeron que podía rendir igual siempre. Carrillo nunca fue superlativo en Europa. Su caso lo veo normal, lógico. Ya dio todo lo que tenía que dar por la selección. Ya tiene 33 y no es el mismo de 2018. En el fútbol de hoy hay más exigencias. Para mí no influye que juegue en Segunda, esa liga es muy intensa”, puntualiza.

Villavicencio acredita las palabras de la Culebra, pero resalta que todo este sacrificio y privaciones que está obligado a hacer por su selección trae muy buenas retribuciones a largo plazo. “Todos los jugadores sacrifican muchas cosas, pero el sacrificio es parte del profesión, el llegar a la selección te da estatus y la posibilidad de éxito. En el caso de Carrillo se entiende que lo hizo y también es libre de decir si ya no quiere estar, ¿Más que un sacrificio es una inversión por conveniencia personal?, en parte sí, pero se comparte mucho con el orgullo de representar a tu país”, dice Sergio.


El estatus y la vigencia

Luis Carrillo Pinto advierte que la exposición que le da la selección a un futbolista tiene injerencia directa en su valor de mercado, así como en su estatus de figura con valor comercial para las marcas. “Jugar por la selección es lo que hace que un jugador pueda ser revalorizado. Ahora, en términos de marketing, jugar por la selección peruana es muy importante, las marcas buscan jugadores que estén en la selección, porque la selección tiene un alcance transversal, cuando tienen la camiseta de la selección se empiezan a ganar fans de otros equipos, así que llegar a la selección los revaloriza tremendamente, un jugador que nunca jugó en la selección y se gana un lugar, se revaloriza no menos de por cinco veces, es decir, si un jugador valía 100 mil dólares, se revaloriza no menos de 500 mil si su rendimiento es bueno”, explica Carrillo Pinto.

Al respecto, Villavicencio apunta al valor de ser seleccionable para ligas importantes del mundo, cuyo acceso tiene como requisito cierto número de partidos con una selección mayor. “Hay otras ligas en el mundo que piden cierta cantidad de minutos en tu selección, para poder ser incluido, o tomados en cuenta para una posible contratación, entonces si tú no llegas a la selección, probablemente muchas ligas se te cierran”, detalla el también excoordinador de prensa de la FPF.

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Un análisis más específico apunta al valor de la selección peruana para futbolistas con pocas posibilidades de llegar a una liga top, como es el caso de los peruanos. “Para los peruanos en especifico mantenerse en la selección es muy bueno porque en algunos casos ni siquiera han dado el salto a Europa a nivel de clubes y en selección tienen la gran oportunidad de jugar con deportistas top, mostrarse e incluso llegar a un mundial. También está el escenario en que muchos cracks en su etapa ya final como profesionales vuelven a sus ligas locales, pero siguen teniendo vigencia gracias a la exposición que les da la selección, tal es el caso de Paolo Guerrero”, aclara.

Sobre esto, Víctor Zaferson resalta lo importante que es, profesionalmente hablando, para un futbolista poder mantenerse en las convocatorias de su selección. “Al jugador nuevo lo pone en vitrina y al que ya está, si se mantiene en un rendimiento alto, eleva la cotización y en ambos casos pueden surgir ofertas superiores al promedio. Pero el rendimiento tiene que ser sostenido. Muchas veces no alcanza con un partido o dos. Tiene que ser muchas veces un torneo completo”, sostiene.

Un trampolín a la fama

Eso sí, Zaferson indica que la selección no es el único camino, y para sostener esto repasa un ejemplo reciente dado en el fútbol peruano: “La selección ayuda, pero no es determinante. Le pasó a Kevin Serna en Alianza yéndose a Fluminense, vendido en una cifra muy alta, pese a no ser seleccionado. Los jugadores tienen que aprovechar los minutos de la selección rindiendo por lo menos 7 puntos”.

El también periodista expone una realidad local, la misma que alcanzó su pico en la era Gareca, cuando la selección llegó a clasificar al Mundial, pero ese logro no se vio reflejado en una mejoría notoria de sus integrantes. “Así funciona. Vitrina + rendimiento superior es igual a venta posible. A los jugadores peruanos les falta eso: demostrar el mismo nivel en la selección. Por eso Andy Polo sigue en la ‘U’ hasta ahora”, sentencia.

“Sin selección tu techo habría sido aún mucho más bajo y sus posibilidades de emigrar o de un sueldo mayor, se reducirían. Eso le sucede mucho a las selecciones chicas como Perú. En otros países, como Brasil, sin selección llegas a cualquier parte. Alcanza con destacar en una liga fuerte o ser muy influyente”, recalca.

Ver noticia en El Comercio: DT

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