P ara chamanes y mujeres de conocimiento soñar es mucho más que el mero acto de purifi car la basura mental del día; en realidad soñar es entrar en un estado de consciencia donde el cuerpo energético despierta y donde todo es posible dado que no existen las limitaciones del mundo tridimensional.
De acuerdo a Sergio Magaña, autor de El secreto Tolteca, los antiguos mexicas decían: “El que no recuerda sus sueños está muerto en vida, porque no puede controlar su vida cuando está despierto… Según mi propia experiencia, les aseguro que no somos lo que comemos ni lo que pensamos, sino lo que soñamos. Lo que comemos y pensamos constituye una parte esencial de nuestra vida, pero lo que la mayoría no entendemos es que lo que soñamos es lo que determina lo que comemos y pensamos y quiénes somos. Las personas de antaño alrededor del mundo sabían perfectamente que primero soñamos algo y después lo vivimos”.
Y así como en la civilización mexica se sabía de la importancia del soñar consciente, en otras latitudes como en la India, también se tenía este co nocimiento desde tiempo inmemorial y ahí se le denominó Nyasa.
Pero fue hasta el siglo XX, cuando el maestro Swami Satyananda Saraswati adaptó y actualizó la antigua práctica tántrica y desarrolló lo que hoy se conoce como Yoga Nidhra, una técnica de meditación y relajación profunda.
El Yoga Nidhra, como explica la revista virtual concienciasinfronteras, es una poderosa técnica en la que se aprende a relajarse de manera consciente: “El estado de relajación se alcanza cuando la consciencia se separa de la experiencia exterior (órganos sensoriales) y del sueño, entonces la mente se aquieta y se vuelve muy poderosa. En este estado podemos mejorar el esquema corporal, la capacidad de concentración, desarrollar la memoria, aumentar el conocimiento, la creatividad, descubrir nuestro potencial interior, reestructurar la mente, etc”.
Así, el Yoga Nidhra cuyo signifi cado es sueño psíquico o sueño consciente, es un estado de sueño con plena lucidez, en el que la mente permanece en la frontera entre la vigilia y el sueño y en el que la conciencia está operando en ambos niveles pero no se asocia con ninguno de ellos.
LA PRÁCTICA DEL SUEÑO CONSCIENTE
El Nidhra se practica acostado sobre la espalda, en Savasana o la postura del cadáver, sobre una colchoneta, manta o alfombra, con los brazos separados y las palmas de las manos hacia arriba, las piernas también separadas dejando que los pies se abran hacia el exterior. Es importante que toda la espalda descanse sobre el suelo. Si la zona lumbar no se apoya, es recomendable colocar unos cojines debajo de las rodillas manteniendo la separación de las piernas.
Hay que intentar no dormirse, si eso ocurre, se retoma la práctica hasta adquirir el control para permanecer en el estado entre la vigilia y el sueño.
“En las distintas etapas del Yoga Nidhra, la consciencia se irá retirando del exterior, de los sentidos, del cuerpo físico, de la respiración, de las emociones, de los sentimientos y de los pensamientos: “Sin estar identifi cados emocionalmente con el cuerpo físico y con la mente, todo el Ser se abre a la consciencia divina, a la percepción del Ser Superior”.
YRM