Por: Álvaro Prado
@PRADOALVARO
Luego de haber entrenado durante varios meses, levantándome de madrugada, lidiando con el frío, la garúa y algunas lesiones, estoy a dos semanas de participar por séptima vez en la Maratón de Nueva York este 5 de noviembre. Por más que haya corrido esta competencia varias veces, las experiencias vividas nunca son iguales, aunque el nerviosismo es el mismo. Cada carrera es distinta. En esta oportunidad, daré lo mejor de mí dentro de mis posibilidades. Eso es lo que todo maratonista aficionado debe tener siempre en cuenta: ser realista y correr de acuerdo al entrenamiento que ha realizado, no hay varitas mágicas, es decir, no es posible hacer un tiempo extraordinario si no ha entrenado lo suficiente, ya que uno va a rendir de acuerdo al entrenamiento que ha efectuado. En mi caso, debo ser cauto y correr a un paso sostenido, ya que mis músculos no están al 100% debido a una lesión que sufrí hace mes y medio.
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La primera Maratón de Nueva York se realizó hace 47 años, en 1970, con 127 participantes. La carrera estaba circunscrita a correr alrededor del Central Park. Solo 55 pudieron terminar la competencia. Seis años después, los organizadores de la maratón, Fred Lebow y Vince Chiappetta, cambiaron el recorrido y lo llevaron a las calles de Nueva York. Dicha ruta no ha variado hasta la fecha. Se inicia en Staten Island, atraviesa otros cuatro distritos –Brooklyn, Queens, Bronx y Manhattan– y termina en el Central Park. Es la maratón más concurrida del mundo y una de las más llamativas, con más de dos millones de espectadores y un aproximado de 52 mil maratonistas de 124 países. En la competencia de este año participarán aproximadamente 130 peruanos.
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Esta carrera se convierte en una fiesta, la cual es animada por más de 150 bandas musicales que tocan en vivo durante todo el trayecto y alientan a cada uno de los participantes. La maratón es transmitida en vivo por la NBC y llega a millones de espectadores a escala mundial.
La experiencia más impactante que tuve en la Maratón de Nueva York fue cuando corrí en ella por primera vez en 1998. Estaba llegando al kilómetro 40 luego de haber dejado todo mi esfuerzo en cada uno de los distritos de la ciudad, habiendo sorteado todo tipo de obstáculos, y faltando escasos dos kilómetros para llegar a la meta, intempestivamente sentí que me iba a desplomar. Pero no lo podía permitir, no me podía dejar vencer, tenía que seguir corriendo y terminar la maratón. Puse la mente en blanco y seguí corriendo, el sufrimiento duró aproximadamente dos minutos que fueron eternos, hasta que de la nada se me fue el cansancio y llegué a la meta, logré vencerme a mí mismo; esa experiencia no tiene precio. Luego de esa vivencia entendí el dicho del atleta checo Emil Zatopek, triple campeón olímpico: “Si quieres ganar una carrera, corre una milla; pero si quieres experimentar lo que es la vida, corre una maratón”.
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