Con la pandemia de la COVID-19 quedó evidenciada la vulnerabilidad de los seres humanos frente a una crisis sanitaria. Por ello, ya empezaron a sonar las alarmas por un nuevo virus de origen animal que ha sido detectado en China. Este es un nuevo tipo de henipavirus derivado de animales, conocido como Langya, que ha sido identificado por científicos de China y Singapur.
El pasado 4 de agosto del 2022, la revista científica “The New England Journal of Medicine” publicó un estudio que reportaba que el virus infectó a 35 personas en la provincia de Shandong y de Henan, situadas en el este y el centro de China respectivamente, pero limítrofes entre sí.
¿Quieres saber más sobre este informe? A continuación, conoce qué es el henipavirus Langya, el nuevo virus de origen animal detectado en China.
¿QUÉ ES EL HENIPAVIRUS LANGYA?
El nuevo henipavirus ha sido denominado Langya henipavirus (LayV), está relacionado filogenéticamente con el virus Mojiang y fue descubierto durante la vigilancia centinela de pacientes febriles con un historial reciente de exposición a animales en el este de China.
Entre los muchos virus infecciosos emergentes, el género Henipavirus, perteneciente a la familia Paramyxoviridae, es de particular preocupación debido a las altas tasas de mortalidad en humanos que presentan algunos miembros del género, como los virus Hendra (HeV) y Nipah (NiV).
¿CUÁL ES EL ORIGEN DEL HENIPAVIRUS LANGYA?
El informe científico revela que el virus se ha encontrado en muestras de frotis de garganta de pacientes febriles chinos con antecedentes de contacto reciente con animales. Vale precisar que el henipavirus es una de las importantes causas emergentes de zoonosis en la región de Asia-Pacífico, ya que incluye las especies Hendra (HeV) y Nipah (NiV), que mutaron y se transmitieron desde animales a humanos, siendo los murciélagos el huésped natural.
De esta manera, la probabilidad de sea un virus de origen zoonótico impulsó a analizar 25 especies de pequeños animales salvajes. Así, el ARN del Langya henipavirus fue detectado de manera predominante en musarañas (27 %), lo que sugiere que la musaraña puede ser un reservorio natural del virus.
Se sabe que en 2021 fueron descubiertos en Corea del Sur dos nuevos henipavirus aislados de musarañas del género Crocidura y recientemente han sido identificados en Alemania varios casos de pacientes con encefalitis causada por el virus de la enfermedad de Borna 1, transmitido por musarañas. Estas también albergan otros patógenos zoonóticos, incluidos arenavirus, coronavirus, hantavirus, rotavirus y hepadnavirus.
¿CUÁLES SON LOS SÍNTOMAS DEL HENIPAVIRUS LANGYA?
Hasta el momento, los especialistas han asociado este virus a síntomas como: fiebre, cansancio, irritabilidad, tos, anorexia, mialgia, náuseas, dolor de cabeza y vómitos. En ese sentido, el estudio identificó a 35 pacientes con infección aguda por LayV en las provincias chinas de Shandong y Henan, entre los cuales 26 estaban infectados solo con LayV (no había otros patógenos presentes).
Del análisis de los 26 pacientes infectados, se obtuvo los siguientes resultados: La fiebre fue identificada en el 100% de los pacientes, la fatiga en el 54% y la tos y la pérdida de apetito en el 50%. Además padecieron de dolor muscular (46%), náuseas (38%), dolor de cabeza (35%) y vómitos (35%). Finalmente, estuvieron acompañados de anomalías de trombocitopenia (35 %), leucopenia (54 %) y deterioro de la función hepática (35 %) y renal (8 %).
¿EL HENIPAVIRUS LANGYA PUEDE TRANSMITIRSE ENTRE HUMANOS?
Si bien el rastreo de contactos de 9 pacientes con 15 miembros familiares cercanos no reveló transmisión del henipavirus Langya por contacto estrecho, el tamaño de muestra del estudio es demasiado pequeño para determinar si el virus puede transmitirse de persona a persona.
Ante la falta de datos para corroborar la transmisión entre individuos, los científicos precisan que se debe prestar mayor atención a las nuevas actualizaciones sobre el virus.
¿EXISTE ALGÚN TRATAMIENTO?
Como ya se mencionó, los henipavirus pueden causar enfermedades graves. Por eso, están clasificados como en el nivel de bioseguridad 4, con tasas de letalidad de entre el 40 y el 75%, según datos de años anteriores de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El procedimiento contra este virus es la atención sanitaria de apoyo para controlar las complicaciones, ya que, hasta el momento, no existe una vacuna, terapia o tratamiento contra este.
Pese a la alarma que ha generado este hallazgo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) aún no se ha pronunciado al respecto.