No es difícil imaginar un vehículo autónomo en Tokio: estar recostado en movimiento bajo los letreros luminosos de la capital nipona y sus rascacielos, mientras la tecnología hace lo suyo. Afuera nada cambiaría: seguiría el mismo orden con el que se mueven los japoneses, con tiempos exactos y a volumen bajo, rodeados de prolijidad. ¿Qué suerte tendría esa máquina en Lima? ¿Cómo reaccionaría a lo inexplicable? La duda llega a uno en el Japan Mobility Show, edición post pandemia del Salón del Automóvil de Tokio, donde la imaginación vuela entre prototipos, drones y nuevas alternativas de transporte. Es realista, en cambio, que mundos tan lejanos como Japón y Perú son arrastrados por la misma corriente eléctrica, aunque con cargas distintas.
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¿Cómo se ‘tanquea’ un auto eléctrico? Se recargan conectándolos a través de una estación o un enchufe doméstico. ¿Cuánto demora cargarlos? El tiempo varía, dependiendo del modelo y la capacidad de la batería. Las cargas rápidas duran entre 30 minutos y una hora, aproximadamente, mientras que la recarga en el hogar tarda entre 6 y 8 horas en promedio. ¿Cuál es la ventaja? Es su impacto ambiental reducido, no emiten gases de escape. ¿Cuánto pueden recorrer? Los autos eléctricos modernos superan los 300 kilómetros de autonomía con una carga completa. Algunos ya se acercan a los 100 kilómetros. ¿Son más caros que los autos convencionales? Inicialmente, pueden tener un costo más alto, pero a largo plazo, los costos operativos, como el combustible y el mantenimiento, suelen ser más bajos. Preguntas y respuestas para entrar en contexto.
Los números son fríos: apenas dos de cada 100 vehículos vendidos en el país son electrificados, según cifras de la Asociación Automotriz del Perú al cierre del tercer trimestre del 2023. Un vecino con más iniciativa como Colombia ha logrado un 17% de participación en ventas entre híbridos y eléctricos en el mismo periodo —22,135 unidades frente a 3,211 peruanas—.
En Japón, con mejores condiciones y mayor promoción, la realidad no es muy distinta: el año pasado se comercializaron cerca de 59 mil vehículos eléctricos, tres veces más que en 2021; solo un 1,7% de su mercado automotor, números y porcentajes que superan con ventaja Estados Unidos, Europa y China.
Sin embargo, no cabe duda de que el sector va calentando y presenta un crecimiento continuo, incluso en Perú, donde avanza sin incentivos ni infraestructura. Paralelamente en Japón se sienten los estragos de la resistencia de sus fabricantes, que desconfiaron en un principio de la electromovilidad, atrapados entre innovar o conservar el estatus, y ahora no quieren quedarse desconectados.
El cambio de parecer se pudo percibir en los pabellones del Tokyo Big Sight, trinchera monumental de las firmas niponas en medio de una nueva revolución de los vehículos electrificados. La causa, una vez más, es lograr un cambio radical en la movilidad en el planeta.
Tras perder grandes batallas contra la combustión, pero no la guerra, el panorama ahora es diferente: con más ruido que antes, contaminación y acuerdos para tratarla, en una época de mayor conciencia y menor oposición al cambio, también por parte de los fabricantes, que apurados por la demanda han dejado de mirar de reojo a la electrificación.
Hace cuatro años, antes de que el covid interrumpiera el Salón de Tokio, no habían señales claras de que la movilidad eléctrica era un tema unificador en Japón, donde el mercado automotor está dominado en un 90% por los fabricantes locales. Hoy, con graves amenazas sobre la industria automovilística japonesa, son evidentes las reacciones desde el país del sol naciente.
Toyota presentó un adelanto de la próxima Land Cruiser Se, versión totalmente eléctrica de uno de los todoterrenos japoneses más famosos. A uno metros tres prototipos: la pick-up EPU Concept, el deportivo FT-Se y la SUV FT-3e. Mientras que Honda respondió al llamado de electromovilidad con una muestra completa, reuniendo al próximo Prelude, el nuevo Prologue y al Sustaina-C Concept junto a motos, scooters, drones, bicicletas y un jet. No se quedó atrás Mazda con el Iconic SP, un bello prototipo con ADN MX-5 y RX-7, Mitsubishi mostró su aventurero D:X Concept y Subaru se aseguró de no pasar desapercibido con un concepto sport futurista.
Pero el verdadero rebelde de la resistencia japonesa es Nissan, que confirmó su apuesta ‘all in’ por los vehículos eléctricos en el Salón de la Movilidad. Tres concept cars guiaron a los visitantes en el stand de la firma por un viaje hacia el futuro. La muestra de un venidero traslado premium estuvo a cargo del Hyper Tourer, una minivan de lujo eléctrica y autónoma con una sala de reuniones ejecutiva como espacio interior. Los más artísticos se dejaron llevar por la Hyper Punk, el crossover de una nueva generación personalizada. Y el Nissan Hyper Force atrajo hasta al más reacio con una promesa: 1,000 kW de potencia gracias a una batería de estado sólido.
Los hiper-autos estuvieron flanqueados en el día de prensa por las propuestas eléctricas de la marca para el presente: el combativo Leaf antes de su renovación y dos conceptos hechos realidad, el Ariya y el Sakura (IMk concept), novedades del Motor Show de Tokio en 2019. Y los prototipos revelados este año se verán reflejados en próximos lanzamientos.
Nissan ha dejado claras sus intenciones: tener una flota electrificada casi por completo al 2030 y liderar la nueva era del mundo automotor. La compañía ha anunciado que arrancará su ofensiva en 2025, hasta lanzar un total de 27 vehículos electrificados, incluyendo 19 autos 100% eléctricos. Y por supuesto es parte del plan expandir su tecnología e-Power.
A casi dos siglos de la aparición de los autos eléctricos, ¿Nacerá por fin el modelo asequible que lo cambie todo? No hay duda de que Japón puede ser el padre ideal para una criatura con autonomía y precio irresistible. El dilema es cuándo. Después no habrá reversa.