Brasil venía de una severa e inesperada derrota ante Colombia, en el Estadio Monumental. Por lo tanto, en el Scratch con urgencia necesitaban una victoria frente a Venezuela para clasificarse primeros en el Grupo C y cambiar también la percepción general en torno a su rendimiento en la Copa América.
Para ello, el DT Dunga organizó un línea ofensiva con un solo atacante, Firminio, y tres volantes acompañándolo desde atrás, Coutinho, Robinho y William. De todos, este último cumplió una labor sobresaliente y fue el mejor hombre de la cancha en el Estadio Monumental.
Aunque su ubicación original lo destinaba al sector derecho, William sorprendió apareciendo por todos los flancos en la mitad de la cancha. En cada zona, el volante del Chelsea de Inglaterra actuó con gran criterio para administrar el balón y mostrarse siempre libre como apoyo de sus compañeros.
En la segunda conquista de los brasileños, que marcó Firminio, Willian fue determinante. El volante recibió el balón recostado por la izquierda y, pese a ser derecho, logró desbordar al lateral Robero Rosales con un cambio de ritmo letal.
En el área, el brasileño levantó la cabeza y, con un bello centro ejecutado con el borde externo, dejó solo a Firminio, quien con el arco a su entera voluntad convirtió. La anotación sepultó las aspiraciones de los venezolanos y el Scratch comenzó a asegurar la victoria.
Después, William siguió en lo suyo, apareciendo por distintos sectores en el mediocampo, manejando con tino el balón y colaborando con espíritu de sacrificio en la recuperación de la pelota. Así, por lejos se alzó como la figura del encuentro.