Por mucho tiempo, Danny García fue monarca de peso súper ligero por la Asociación Mundial de Boxeo y por el Consejo Mundial de Boxeo.
Luego le llegaron los inconvenientes de ser dueño de dos cinturones que no defendía, pues a pesar de que acumulaba peleas, no exponía los cinturones. Así pasó un año, con la división estancada y con muchos retadores haciendo fila (algunos furiosos) pero el asunto se quedaba en “veremos”. Eso hasta que el CMB le dio un ultimatum, que García dejó vencer, lo que hizo que lo despojaran del cinturón.
Luego informó que subiría a la categoría de peso welter y dejó libre el cinto de la AMB.
Sin embargo, aunque exitosa, su subida de peso fue opaca y dejó ver muchas de deficiencias que deberá pulir, aunque presupuestadas porque el cuerpo debe adaptarse a pelear en otro tonelaje, con rivales de distintas características y mejor adaptados que él. Su primer rival fue Paulie Malignaggi a quien venció con cierta facilidad, aunque dejó ver muchos de los huecos en la técnica de Danny.
Esto no impide que García se sienta confiado en que puede desempeñar un buen papel en ese peso y que en cuestión de poco tiempo se convertirá en campeón.
Y para hacer la escalada en posiciones, ya tiene pactada su próxima pelea, que será contra Robert Guerrero, a realizarse el próximo 23 de enero en el Staples Center de Los Ángeles.
Ante ese nuevo reto, Danny piensa que podrá hacer un gran papel y que vencerá a García y a cualquiera que le pongan en peso welter.
“Me siento mucho más fuerte en 147 libras. Aún no han visto lo mejor de Danny García, pero verán a un hombre más rápido, fuerte, más fresco, un boxeador más inteligente. Busco a cualquiera que esté en 147 libras. Creo que me convertiré en campeón de esta división.