Luchador Psycho Clown fue chofer de Uber durante la pandemia

Psycho Clown cuenta cómo ha inciado su vida en los negocios gracias su éxito como luchador profesional, logrando abrir su gimnasio

La sonrisa que se dibuja debajo de su máscara lo delata. Psycho Clown está feliz, satisfecho y sumamente orgulloso de lo que ha logrado en sus 23 años como luchador profesional.

El heredero de la familia Alvarado no podía dejar de contemplar la consumación de su sueño y con los brazos abiertos invitó a Milenio-La Afición a ingresar al Psicópata del Ring GYM Center, espacio que considera un templo donde se sana el cuerpo, la mente y el alma.

Durante el recorrido donde nos presumió cada una de las herramientas que ayudan a sus clientes a conseguir sus objetivos, recordó que desde pequeño trabajó con su padre, José Luis Alvarado Nieves, mejor conocido como Súper Porky; asimismo aceptó que poner un gimnasio es un objetivo que se trazó desde que conoció el mundo de la lucha libre.

“Siempre estuve en gimnasios y dentro de mí había algo que me decía que debía abrir un gimnasio para sacar nuevo talento y apoyar a los jóvenes, tal como a mí me ayudaron en este bello deporte. Me tardé dos meses en acondicionarlo, cambiar el piso, pintarlo, poner la herrería, los baños, el spa de mi esposa donde trabajará en todo lo que es la belleza de la mujer. Me gusta generar fuentes de empleo y aquí estamos, es un sueño hecho realidad para mí y mi familia, al que le hemos dedicado tiempo, nuestros ahorros y mucho amor”, expresó el gladiador, quien inició en el pancracio como Brazo de Plata Jr, no sin antes recordar:

Psycho Clown, la figura de la lucha libre que fue Uber

“La lucha libre me ha vestido, me ha calzado y me ha dado de comer porque mi papá toda la vida se dedicó a la lucha libre. Desde muy chavito mi papá me enseñó a trabajar. En mi casa había ocasiones en las que no teníamos para comer y mis papás tenían que pedir prestado. Mi padre ganaba muy poquito y me decía: “vamos a trabajar en las arenas”, entonces con lo que pedía compraba mercancía y mientras él luchaba yo andaba en las arenas vendiendo trompetas, máscaras, fotos instantáneas, eso fue cuando tenía 10 años y gracias a eso me forjó una mentalidad trabajadora, de siempre estar moviéndome, trabajando en todo lo que se pueda, no me da pena”.

Antecedentes

Antes de abrir su gimnasio, Psycho tenía la PsyKasa, en la cual inició vendiendo muebles de baño, donde incursionó en la albañilería para poder colocar los lavabos, tazas, etc; y posteriormente lo transformó en juguetería.

“Todo fue impulsado por la pandemia. Cuando empezaba como Psycho la remuneración económica era poca, no se podía reinvertir y solo salió para mis gastos, pero cuando todo mejoró comencé a ahorrar y en lugar de gastarlo busqué la forma de duplicarlo. Empecé a ver cuánto valía una franquicia y es un dineral, así que decidí crear mi propia marca.

“Inicié con la venta de pisos para baños, azulejos, pasto sintético, papel tapiz, etc. Las personas que son los proveedores dan cursos para medir, colocar, cortar y yo los tomé, entonces iba a las casas a medir y colocar el producto que adquiere el cliente. Después vendí juguetes y productos de lucha libre y dejé un poco la venta de azulejos y esos productos porque comencé a luchar de manera más regular”.

Uber, una opción

Asimismo, el Psicópata del Ring indicó que en la pandemia y al cerrar los eventos deportivos se metió a una plataforma como chofer privado, pues estar encerrado le generaba estrés y ansiedad.

“El ahorro que teníamos se comenzó a ir y tenía que buscar cómo generar más dinero y me inscribí a Uber. Trataba de no hablar mucho con la gente porque mucha gente que le gusta la lucha me reconoce solo por mi voz. Estuve como mes y medio, durante ese tiempo no pasé como cosas raras o cosas extrañas trabajaba por las tardes; las noches y las madrugadas es donde hay problemas y lo que hacía era simplemente recoger a las personas, saludaba, ofrecía agua y hasta ahí”.